“Tu piel tiene tanta fuerza, que aun en la distancia, toca mi memoria”
Ulises Sánchez
Hace unos días, mis primos fueron papás. Una niña muy buscada y deseada.
Con mi prima he hablado durante todo su embarazo, recordando todo lo bonito que fue el mío y, cuando nació la pequeña, me invadió un sentimiento enorme de nostalgia.
Mi primo me dice que tenga otro bebé, pero no, no ese sentimiento.
Es algo más profundo.
Es volver a ese día, a los nervios, al no saber, al dejarte llevar, a los paseos y las miradas a Súper Papá pidiendo aliento.
Es volver al dolor de la felicidad, a las matronas entrando y saliendo con sus sonrisas y palabras bonitas.
Es volver al “ya empieza”.
Es volver al “empuja que ya se ve la cabeza”.
Es volver a ese señor tan grande y tan maravillosamente amable que me ayudo a parir.
Es volver a la vida.
Ese olor, ese sabor, esos ojos grandes, abiertos, mirándome como nunca antes nadie me había mirado.
Amor, amor profundo, sincero, amor por el que olvidas todo lo malo que hay en el mundo, porque en ese momento en el mundo solo estamos tú y yo, mi niño, mi Pequeño Caballero.
Estos días no paraba de darle vueltas a todo esto, a estos sentimientos tan bonitos, tan profundos de los que todas las madres te hablan cuando te quedas embarazada y tú te imaginas, pero que no tienen nada que ver con la realidad.
La realidad es profunda, es maravillosa, es de amor verdadero, es un amor animal.

Bendito parto respetuoso, yo no quise ponerme epidural y las matronas (y ese señor grande) me ayudaron en todo momento, me acompañaron, me llamaron valiente y sanaron mi cuerpo y mi alma.
Y por fin… después de tres horas de empujones, nació el amor de mi vida y vinieron otras tres maravillosas horas (creo que las mejores que he vivido) de piel con piel.
Había leído sobre ello, sobre sus beneficios, pero sentirlo es algo que no se puede describir, solo se puede sentir.
Pero ¿Qué es este piel con piel y qué beneficios tiene?
El mejor lugar del mundo donde debe ser colocado un bebé al nacer tras ser secado, es sobre su madre, piel con piel, cubierto con una toalla caliente. La madre, el padre y el bebé llevan 9 meses esperando este momento tan importante en sus vidas, nadie tiene derecho a interrumpirlo a no ser que la vida de la madre o del bebé corra peligro.
El bebé sobre su madre provoca sensaciones táctiles con sus movimientos. Su madre lo huele, lo toca y las sensaciones tan intensas de enamoramiento que le embargan van a estimular la producción de un fuerte pico de oxitocina necesario para un alumbramiento seguro.
El alumbramiento es la expulsión de la placenta.
Colocar al recién nacido nada más nacer en contacto piel con piel con su madre, preserva la energía y acelera la adaptación metabólica del recién nacido.
BENEFICIOS DEL CONTACTO PIEL CON PIEL EN RECIÉN NACIDOS:
- Disminuye el estrés neonatal.
- Mejor regulación de su temperatura.
- Mejor regulación metabólica.
- Disminución del llanto.
- Conducta afectiva satisfactoria.
BENEFICIOS GENERALES DEL CONTACTO PIEL CON PIEL:
- Los bebés que están piel con piel encima de su madre tienen la glucemia más alta, mejor saturación de oxígeno, ritmo cardíaco y respiratorio más estable y menos llanto, tanto en intensidad como en duración. Ayuda al recién nacido a regular su temperatura corporal.
- El contacto piel con piel inmediato, la madre huele a su hijo, le habla, le respira cerca, lo besa.
- Todos los bebés que son colocados piel con piel sobre el vientre de la madre son capaces si se les deja tiempo a reptar, alcanzar el pecho y mamar por sì sólo en posición correcta, sin ayuda.
- Un recién nacido separado tiene a las 6 horas de nacer el doble de cantidad de hormonas del estrés que un recién nacido que ha permanecido en contacto piel con piel con su madre.
Todas las mamás hablamos del embarazo, del parto, de los puntos, de la recuperación, del dolor, del cansancio…
Pero qué poquito hablamos de estas preciosas horas de piel con piel donde parece que el mundo se ha parado, donde solo se respira amor y las lágrimas de felicidad corren por las mejillas de los cansados padres.
Donde ese pequeño bebé parece mentira, donde lo abrazas y lo besas y ríes y lloras a la vez.
Claro que quiero volver a ese momento, volver a sentir esa piel, ese olor, esa respiración, esa boca en mi pecho.
Disfrutar de vuestro bebé, seguir haciendo piel con piel, sentir, oler, amar, llorar y reír juntos, que estos momentos son únicos, irrepetibles, no vuelven y luego tienes añoranza cuando llega otro pequeño bebé a la familia.
Esto es para vosotros Alfredo, Inma y la pequeña Emma.
Ojalá podamos conocerla pronto.
¡Muchas gracias!
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¡Nos vemos!