“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo”
María Montessori
Cuando nuestro bebé nace depende exclusivamente de nosotros y de nuestros cuidados, sus figuras de referencia le guiamos y le mimamos en todo momento.
A medida que pasan los meses, ellos mismos van consiguiendo sus propios hitos del desarrollo. Empiezan a buscar su cuerpo, a jugar con él, empiezan los volteos, el quedarse sentados, el arrastrarse, gatear, querer levantarse y finalmente el andar.
Gracias a nuestro apoyo y acompañamiento, nuestro peque va consiguiendo poco a poco ser un poquito más independiente y autónomo cada vez.
Nosotros nos sentimos orgullosos, lo queremos mostrar, sus primeros pasos, sus primeras palabras, todo nos parece maravilloso.
Esta independencia y autonomía va creciendo a medida que pasan los días. A veces no somos conscientes de ello, seguimos viendo a nuestro hijo como ese bebé indefenso que nos necesita todo el día para todo, pero no, tu bebé ya está creciendo, quiere hacer las cosas por él mismo y quizá algunas veces, somos nosotros quienes no les dejamos crecer y hacer.
De repente un día, queremos que sean autónomos, que se quiten la ropa solos, que se pongan los zapatos, que coman solos, pero a la vez, nosotros siempre estamos detrás con el “venga rápido” “llegamos tarde” “si lo hago yo terminamos antes”.
Y entonces… ¿Qué queremos? ¿Autonomía? Así va a ser complicado…
Este tema es delicado… entran en juego demasiados factores emocionales y circunstanciales.
Es duro como mamá o papá, ver tú hijo ya no es ese bebé, también muchas veces (la mayoría) entran en juego nuestros propios miedos y no les dejamos por miedo a… y también, la poca paciencia, las prisas, el llegar tarde.
Vamos a respirar. Nuestros niños ya no son bebés, nuestros niños crecen sin darnos cuenta… quieren hacer un montón de cosas y nosotros, al igual que hacíamos con sus primeros pasos, debemos estar ahí, debemos alentarles, debemos apoyarles, acompañarles en ese momento tan importante para ellos y para su experiencia de la vida.
Claro que lo hacen más despacio que nosotros, están aprendiendo, no entienden de prisas, están integrando como quitarse ese calcetín poco a poco, lo viven desde su interior, desde su propio aprendizaje, para ellos, quitarse ese calcetín es un gran hito y debemos respetarles.
Se equivocarán, claro, pero equivocarse no es malo, equivocarse forma parte de la vida, y aunque nosotros quisiéramos estar siempre cerca de ellos para evitarles las equivocaciones, no vamos a poder hacerlo, así que deben experimentar ese error, deben integrar el aprendizaje de ese error y no verlo como algo negativo, sino como lo que es, un aprendizaje.
Nosotros debemos estar ahí, para apoyarles, para dar aliento a esos errores.
Algunas veces nos puede el hecho de ver que nosotros lo haríamos mejor o más rápido ¡Pues claro! Nosotros tenemos más experiencia, pero tenemos que darles ese tiempo de experimentación, esa experiencia también la necesitan ellos, ese ver qué pasa.
Y quizá si nosotros también nos damos ese tiempo de observación, ellos tengan mucho que enseñarnos.
Vamos a darles tiempo, por las mañanas, nos levantamos un poco antes, si hay que salir, avisamos con tiempo para que puedan arreglarse con tranquilidad y sobre todo, algo en lo que siempre insisto, empatiza con tu hijo.
Si ves que está demasiado cansado o es demasiado temprano o muy tarde, ayúdale o hazlo tú, no pasa nada, todos necesitamos ayuda en algún momento del día y no pasa nada, pero cuando puede hacerlo él solo, anímale ¡Tú puedes!
Y en casa, ¿Cómo podemos hacer para fomentar esta autonomía?
Lo más importante es tener un ambiente preparado, ¿Qué es esto?
Nuestro hogar debe estar preparado para ellos, todo lo que necesitan deben tenerlo a su alcance.

Si queremos que se lave las manos o los dientes solos, debemos tener un espacio en el baño para ellos, a su altura, si queremos que nos ayuden en la cocina, debemos tener una torre de aprendizaje, si queremos que se sirvan el agua, deben disponer de un dispensador o de una jarrita para poder servirla, si queremos que limpien sus juguetes, deben tener un trapo para hacerlo y todo a su alcance para que ellos mismos puedan satisfacer su necesidad.
No podemos pretender esa autonomía si no disponen de medios para llevarla a cabo.
Nuestra casa debe evolucionar a medida que nuestro peque crece, debemos observar cuáles son sus necesidades y ayudar a que logren satisfacerlas ellos mismos, por sí solos en la medida de lo posible.
Si queremos que no derrame el agua, tendremos que dejar que transporte su vasito de agua cada día a la mesa, para que poco a poco vaya teniendo más destreza.
Si queremos que coman solos, la mejor manera es comer con ellos, todos en la mesa, ser un ejemplo para ellos en todo momento.

Animarles a retirar su plato cuando terminan de comer, animarles a servirse más comida si así lo desean o a que nos ayuden en la preparación de su comida.
En definitiva, implicarles en todos los momentos de nuestro día a día.
Así, para fomentar esa autonomía en casa, lo más importante que tenemos que tener presente nosotros como padres es:
La confianza. Confiar en sus capacidades, dejar esos miedos a un lado y confiar, guiarles pero sin autoridad, sin decir lo que tienen que hacer, apoyarles y animarles a conseguirlo.
La cooperación. Hacer que se integren en lo que hay que hacer, en las tareas, en ese ambiente preparado.
El error. Permitir cometer errores y que aprendendan de esos errores. Empezar a ver el error desde otra mirada, como un aprendizaje y no como algo malo que hay que desechar.
La paciencia. Esperar, ellos tienen otro ritmo, esperar, observar y aprender.
El ejemplo. Ser su mayor ejemplo es la mejor lección que podemos dar a nuestros hijos.
Sé que a veces es duro, es difícil ver como se hacen mayores, como parece que cada vez nos necesitan menos, pero de verdad que no es así, claro que nos necesitan ¡yo a mis 34 años todavía necesito a mi padre, cómo no me va a necesitar a mí el Pequeño Caballero que no tiene ni 3!
Nos necesitan y mucho y debemos estar, con ese acompañamiento, con esa emoción, con esa empatía que siempre os digo.
Espero haberos ayudado familias ¡Muchas gracias!
Recordar que podéis seguirme en Facebook Mami Me Mima blog, también en Instagram @mamimemimablog y si tenéis alguna consulta personal podéis escribirme al correo blogmamimemima@gmail.com y estaré encantada de ayudaros.
¡Nos vemos!