“El juego nos mantiene vivos y vitales. Nos da entusiasmo por la vida que es insustituible. Sin ello. La vida no tiene buen sabor”
Lucia Capocchione
Si me estáis siguiendo en Instagram @mamimemimablog, el viernes colgué en stories una actividad muy chula que estábamos haciendo en casa, os prometí post para contaros todo y aquí está, con muchas ganas y alegría de compartir nuestras actividades sensoriales.
Pero voy a empezar por el principio…
Durante el confinamiento ya teñimos algunas judías que nos dieron mucho juego la verdad, aunque yo no estaba del todo contenta con el resultado de los colorantes.

Hace poco se me ocurrió la idea de hacer una bandeja sensorial para el Pequeño Caballero y pasar algunas tardes entretenidos en casa y me puse a indagar sobre los colorantes… Así llegué a estos preciosos de la marca Wilton que seguro que muchas ya utilizáis y, si no lo hacéis, os los recomiendo porque son preciosos.
¡Pues manos a la obra!
Primero hice el pedido de los colorantes, compramos una bandeja un poco honda e hice un último pedido (seguro que lo visteis también) a la tienda jugar i jugar, unas bolitas de madera de colores y unas pinzas.
Con todos los materiales listos solo quedaba el paso de teñir.
Durante una tarde en casa cogimos todas las existencias de arroz y judías que teníamos, las repartimos en montoncitos, elegimos los colorantes que íbamos a utilizar (no pude probar todos porque me quedé sin arroz y judías) y a ello:
- En una bolsa con cierre zip echamos unas gotas de colorante y un chorrito de vinagre blanco.
- A continuación echamos el arroz o las judías o la legumbre que os apetezca.
- Se mezcla bien bien todo.
- Se coloca en un plato bien extendidas las legumbres.
- Se deja secar.
Al día siguiente estaba todo perfecto, los colores nos impresionaron y además, no quedó nada pegajoso (problema que si tuvimos con el anterior teñido).

Primero coloqué las bolitas de colores, a continuación el arroz por colores y luego las judías, de manera que las bolitas quedaran lo más cubiertas posibles. Dejé las pinzas de madera encima de la bandeja terminada y se lo mostré al Pequeño Caballero.

Su cara fue increíble, no sabía si tocarlo, me pidió hasta permiso.
Le dije que era suyo, que buscara con las pinzas los tesoros escondidos.
Mi idea de juego era que con las pinzas buscara las bolitas y las clasificáramos juntos por colores, pero la verdad que él estaba tan emocionado con tanto colorido que no le hizo apenas caso a las pinzas.

Empezó a tocarlo todo con cuidado, observando despacio, fueron apareciendo bolitas y no cabía en sí de la emoción que le producían sus descubrimientos.
Después de un buen rato explorando con sus manos, mezclando colores, sacando y metiendo bolitas, se levantó y fue directo hacia su cocina, donde cogió todos los cacharros que necesitaba para seguir su exploración sensorial.
Metía arroz y judías en botes, lo traspasaba a otros botes, lo cogía con sus cucharas, lo observaba, lo probaba, lo olía, lo tiraba, lo volvía a meter en la bandeja.

Toda una gran exploración de algo nuevo y maravilloso para él.
Yo le observaba en silencio, sin interrumpir su juego, viendo como disfrutaba de algo tan magnífico y sencillo.
Después de un buen rato concentrado y entretenido me dijo, mamá, qué te parece si ahora lo recogemos todo y jugamos juntos a otra cosa.

La bandeja está a su alcance, la mira, la observa, toca lo que hay dentro y todavía se fascina.
Ahora que está familiarizado con ella, seguiremos experimentando y os seguiré contando, le esconderé juguetes entre el arroz o las bolitas otra vez. Estoy segura de que va a ser una gran aliada para quedarnos en casa las frías tardes de invierno.
Jugaremos con todos esos maravillosos colores, haremos bandeja de invierno con tonos azules, un mundo de dinosaurios con colorante negro y rojo y más cosas que se nos ocurran juntos.
Espero que os haya gustado esta idea y que la pongáis en práctica con vuestros peques y sobre todo, que me contéis qué tal sus reacciones.
Recordar que estos juegos caseros tienen algunos peligros como la ingesta. Le ponemos colorante alimentario por si lo chupan que no produzcan alergias o intoxicaciones, pero el tamaño de las legumbres es muy peligroso si se lo llegan a tragar, así que, aunque el juego sea muy entretenido para ellos y no os demanden, no aprovechéis para hacer otras cosas y dejarles sin vigilancia, ya que puede ser peligroso.
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¡Muchas gracias familias!