Primer Paseo

“En cada niño nace la humanidad”

Jaciento Benavente

Después de 45 días aproximadamente sin salir de casa a causa de estos días extraños, ayer fue el primer día que me aventuré a dar una vuelta con el Pequeño Caballero.

Desde el domingo ya podíamos salir a la calle con los más pequeños, con bastantes medidas, pero cuando esto fue anunciado yo me sentí rara. Todo el mundo a mi alrededor estaba muy contento, me animaba a salir con mi Pequeño, total, la zona donde nosotros vivimos tiene mucho campo y mucho verde, iba a ser imposible no cumplir la distancia mínima de seguridad, además, el pobre lleva más de 40 días sin salir.

Yo lo pensé, lo medité y me pregunté ¿Realmente va a ser necesario salir a la calle el primer día? ¿Realmente los padres y madres van a cumplir las medidas impuestas por el gobierno? ¿Realmente el Pequeño Caballero tiene una necesidad imperiosa de salir a la calle? O esa necesidad… ¿Es realmente nuestra necesidad como adultos confinados?

Después de todas estas preguntas, me asomé a la ventana de mi habitación, que da a la calle, más concretamente a un descampado donde hay un colegio, parques, zonas arboladas y pistas de baloncesto y fútbol.

Y que fue lo que vi… Pues lo que ya me imaginaba que iba a ver… Gente, mucha gente, familias enteras, papá, mamá, niños, perros, abuelos… Todos juntos, en corrillos, sin respetar distancias. También se oyen gritos que vienen de las pistas de baloncesto, ahí estaban tres chavales jugando y corriendo.

Era muy difícil pasear con un niño y mantener las distancias con el resto de personas, ya que había tanta gente que incluso algunos padres tenían que caminar con sus hijos por las zonas habilitadas como aparcamientos, al lado de la carretera.

La gente de mi alrededor seguía preguntándome si habíamos salido y yo contaba lo que veía desde la ventana y me contestaban incrédulos que eso no podía estar pasando en un barrio como el mío, porque entonces en el centro de las ciudades ¿Cómo estarían siendo estas salidas?

No tardamos mucho en dar respuesta a esa pregunta. Efectivamente, calles llenas de gente, de niños corriendo, familias enteras paseando, incluso gente haciendo deporte o saliendo junta sin niños y sin perros.

Pues no, así no familias, así no salimos de esta. De nada sirve aplaudir a las 20:00 horas, de nada sirven los dibujos de arcoíris que todos los niños han dibujado, de nada sirve el todo saldrá bien si nos dan un mínimo de libertad y salimos todos en manada.

Creo que tomé una buena decisión al quedarnos en casa.

El Pequeño Caballero se ha portado muy bien estos días, algunas veces pide salir a la calle, pero sabe que no podemos (hay un “bichito” malo en la calle que no nos deja salir…), así que no hay dramas, jugamos y es feliz de tener a su papá y a su mamá en casa.

Hablo con más mamás y me dicen lo mismo, que sus hijos se portan bien y están contentos. Entonces vuelvo a repetir las preguntas ¿Quién tiene ganas de salir? ¿Los niños o los papás?

El lunes todo parecía más tranquilo en la calle, así que ayer cogí la moto y cuando le dijimos al Pequeño que iba a la calle con mamá su carita de incredulidad me llenó de amor.

Paseamos cerca de casa, vimos a algunos amigos de la escuela donde trabajo, los niños querían acercarse unos a otros, pero no les dejamos. Vimos a una de mis pequeñas que ya está en el cole, pero seguimos disfrutando de las tardes de parque y sus caras de felicidad al verse no tenían precio.

El Pequeño Caballero no entendía nada, no entendía por qué no podía jugar con los nenes, ni podía ir al parque, por qué nos teníamos que apartar cuando nos cruzábamos con alguien, así que después de unos 45 minutos de paseo me dijo muy serio:

  • Mamá, me quiero ir a casa con papi.

Y sí, nos fuimos a casa, directos al agua patos.

Fue gratificante salir, el sol en la cara, el aire revolviendo el pelo, respirar el olor de la calle. Todo mezclado con un sentimiento de miedo, incluso de remordimientos por pasear sabiendo que mucha gente no puede hacerlo.

No me siento una privilegiada por poder salir, al revés, me siento con una gran responsabilidad entre mis manos.

Solo os pido eso, responsabilidad ante la situación que tenemos.

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Además tenéis disponible el correo electrónico en el apartado de contacto del blog para cualquier consulta personal.

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UNA MAMÁ EMBARAZADA EN CUARENTENA

“Ningún lenguaje puede expresar el poder, la belleza y el heroísmo del amor de una madre”

Edwin H. Chapin

Os traigo una gran colaboración, un relato doble, ¡así que no puedo estar más agradecida!

Ella es una mamá de la escuela infantil donde trabajo, nos lleva a su pequeño desde que era un bebé, confiando en nosotras para su cuidado y educación. Ahora está de nuevo embarazada (y yo que me alegro) ojalá también podamos estar con su futuro bebé, porque tratar con esta familia es absolutamente maravilloso.

También es sanitaria, toda la cuarentena la ha pillado de baja, pero aun así ha querido contarnos como lo está viviendo, como mamá, futura mamá y también como enfermera. Ha querido abrirse y hacernos ver que estos días hay que convertirnos más que nunca en súper mamis por nuestros pequeños y futuros pequeños.

Muchísimas gracias por compartir todo esto con nosotros, por abrir tu corazón.

Como ya he dicho, sois una familia excepcional, con un maravilloso niño y no tengo ninguna duda de que el pequeño Carlos va a llegar para seguir dando felicidad a vuestra familia ¡un beso para los cuatro!

Hola soy la mamá de Pablo, alumno de Ana, la semana pasada me pidió que os contara mi experiencia en estos días ya que además de estar en cuarentena (como todos) y de tener un peque de 21 meses estoy embarazada de 30 semanas.

Empiezo por contaros que mi segundo embarazo no ha sido un camino de rosas, evidentemente no puede ser igual que el primero porque hay un peque al que atender que te pide toda tu energía para él, además he tenido tensiones bajas y he vomitado hasta hace pocas semanas perdiendo peso y muchas fuerzas.

Ahora por fin en el tercer trimestre estoy mejor, pero en fin… ya os podéis imaginar, pesada, insomnio, ardor…aunque muy feliz esperando mi segundo hijo.

Pues bien, llegó el 9 de marzo por la noche y  cierre de escuelas infantiles, colegios, universidades… y bueno ya sabéis lo que viene después….

Nosotros lo afrontamos ya sin bajar al parque y tomando medidas pues se veía que esto era serio.

He de decir que Pablo es un bebe bueno y muy sociable, que está acostumbrado a la calle y a la gente a todas horas (cosa que me encanta). Por lo que deciros que por supuesto están siendo días duros, se asoma a la ventana, mira al parque y dice “NO”, y a mí me da mucha pena, pero como es lo que nos toca vivir no nos queda otra que buscarnos todos los días actividades y juegos para que él sea feliz dentro de casa con nosotros, y por supuesto que lo es TODOS los días.

Me fascina la capacidad que tienen estos peques de enseñarnos que la felicidad está en las pequeñas cosas como despertarse y llamar desde la cuna para descubrir que van a verle papá y mamá y que van a estar con él, se le ilumina la cara con esos ojos tan expresivos que tiene, y en ese momento a ti ya te ha alegrado el día.

Después de eso hacemos rutinas todos los días y mantenemos, más o menos, horarios para que esto no se vuelva un caos

Su padre teletrabaja, así que intentamos dejarle tranquilo todo lo que podemos. Le encanta estar con su madre en el baño así que mientras yo me ducho él está conmigo, encantado y trasteando, saca un montón de sus “tesoritos” de mis cajones, limpia la mampara de la ducha por fuera, después con la crema nos embadurnamos los dos y todo termina cuando le cambiamos y vestimos a él y ya estamos los dos listos para afrontar un nuevo día.

Después hay cuentos (leídos e inventados) , pinturas y manualidades que aunque yo no soy la más habilidosa le encantan, estamos construyendo un pequeño zoo con animales como el cocodrilo, el pulpo, el perro, el caracol… todo con materiales que tenemos en casa ya que nos pilló de improvisto y no tuvimos tiempo de hacernos con mucho material , pero las cajas de los cereales y una plancha de gomaespuma fina hemos hecho hasta coronas con animales que le encanta ponerse, también le encanta decorar con pegatinas todos los trabajos manuales y con las cajas del cartón de leche hemos hecho un circuito con los coches con túneles que a él le encanta también intento que mejore sus habilidades y con dos tubos de cajas de nespresso les he realizado diversos agujeros y he cortado pajitas y se entretiene metiendo las pajitas de agujeros además, como son de colores, aprovecho para estar repitiéndole los colores y que los aprenda.También hacemos  juegos con la pelota , los coches, los animales, los globos… y por supuesto canciones, le encanta bailar e imitarnos, yo le pongo alguna sevillana y la bailo muy exagerada y dando muchas vueltas a él le entra la risa y da vueltas conmigo, también los cantajuegos que con todos los bailes él aprende un montón de movimientos y se lo pasa fenomenal.

Aprovecho siempre un ratito por la mañana para hacer algo de limpieza en la casa, él siempre está encantado de participar y le encanta, me ayuda a poner lavadoras ( siempre lleva algo de ropa y cierra la puerta, espera a que se encienda y se empiece a mover el tambor que es lo que más le gusta) también pasamos la aspiradora juntos, sin duda uno de sus momentos favoritos (no la nombres si no la vas a pasar que empezará a hacer su ruidito y pedirte que la saques) ya que cuando acabo es toda suya y puede jugar a pasarla él por toda la casa. En general me imita con todo limpiar el polvo, tender, barrer y fregar el suelo. Si la fregona esta mojada y le dejo usarla en la cocina es una fiesta, así que para mí es estupendo, puedo limpiar y ordenar y mi niño está contento a mi lado (aunque tardemos el doble eso no importa).

Luego viene la comida y a dormir la siesta, que como está acostumbrado de la escuela son siestas largas y buenas, lo que a mí me deja recuperarme ya que con la actividad que tiene y poco que duermo yo termino agotada.

Cuando se levanta otra vez lleno de energía papá ha terminado de trabajar, y a mí me da un poco de tregua porque es otro más en los juegos y yo puedo estar un rato de observadora. Después merienda, juegos, y si hay sol y hace bueno (que están siendo pocos días) le sacamos a nuestra terraza, que, aunque es pequeñita hace su función, y hacemos juegos. Hemos descubierto que atando un globo a la barandilla con una cuerda larga se divierte muchísimo viendo que cae por fuera pero que lo puede recuperar, o viendo pajaritos o insectos que despiertan toda su curiosidad.

Su momento favorito son las 20h cuando toca salir a aplaudir, no sabéis la energía que gasta en aplaudir, y si yo me canso me grita :”MAMÁ” y tengo que volver a aplaudir, luego se queda saludando a los vecinos (los “nenes” como él los llama) y después tenemos videollamada con los abus, en la que los enseña todo lo que hemos hecho durante el día o lo que le hace ilusión y después empezamos las rutinas nocturnas; baño, cena, algunos dibus (canciones) y a dormir!

Con las hormonas sabéis que en el embarazo a veces nos sentimos tristes y llorosas, enfadadas y cuesta controlarlo, el peque todos los días me enseña que con una sonrisa todo cambia, un abrazo, un beso (porque es muy cariñoso) me da la energía para continuar. Cada descubrimiento que hace le llena su preciosa cara de alegría que nos transmite a su padre y a mí inmediatamente.

Deciros que la cuarentena está siendo dura y cansada, pero gracias a nuestro peque es MUCHISIMO MEJOR, gracias a él todos los días reímos, bailamos, jugamos con los globos… y damos el 100% de nosotros y nos sentimos agradecidos de estar bien y felices de estar juntos y estar esperando un hermano para Pablo. Y a veces cuando me desanimo (que todos tenemos nuestros momentos) pienso que este tiempo de encierro es un regalo, porque me permite pasar todo mi tiempo con mi niño y que cuando nazca su hermano tendré que dividir inevitablemente el tiempo entre los dos, y le miro y le dedico todo mi amor y todo mi cariño que es lo que se merece.

Acabo con una de mis citas favoritas sobre los hijos: “Hijo es un ser que dios nos prestó para hacer un curso intensivo de como amar a alguien más que a nosotros mismos, de como cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Si. ¡Eso es! Ser padre o madre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… El más preciado y maravilloso préstamo ya que son nuestros solo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos” (José Saramago)

UNA SANITARIA EMBARAZADA

Ahora os puedo contar mi punto de vista como enfermera.

Sé que puede asustar toda la situación que estamos viviendo, sobre todo cuando tenemos una vida de nosotras y lo que vemos en las noticias y encerrados no tranquiliza.

Deciros que yo estoy viviendo esto desde la distancia puesto que llevo de baja desde febrero, antes de que esto se descontrolara (ya os he hablado de las dificultades de mi embarazo), pero tengo contacto diario con mis compañeras y amigas, que son el ejemplo del equipo sanitario que nos está atendiendo: vocacional, humano y profesional, que es lo que todos necesitamos ahora. Transmitiros tranquilidad en ese sentido ya que pese a lo que estamos viviendo estamos siendo atendidos por un personal maravilloso y valiente que nos va a cuidar lo mejor que pueden. Dentro de nuestra situación, las que estamos embarazadas estamos siendo mimadas, tanto por la sociedad como por nuestros sanitarios. Ellos intentan que no pisemos mucho las consultas pero que estemos atendidas. No sé si a alguna os habrá pasado, pero tuve consulta el 17 de marzo en la maternidad de O’Donnell y me atendió una ginecóloga distinta a la que lleva mi embarazo, ya que está trabajando todo el equipo de ginecología para reducir esperas y que no haya mucha gente en las salas de espera.  Otro ejemplo, mi doctora de cabecera (si bien es cierto que siempre he creído que es un encanto), además de facilitarme desde un principio los trámites de las bajas que he tenido que renovar, me ha dado la oportunidad de que me ponga yo misma las vacunas de la tosferina y el RH, en vez tener que acercarme al centro de salud. Mi matrona también me llamó y me realizó una consulta por teléfono. Todos encantadores, todos dispuestos a ayudar, incluso en un momento de colapso como este.

Contaros que tengo una amiga que dio a luz el 30 de marzo, ella estaba asustada, no iban a dejar entrar a su marido en el paritorio, y enfrentarse a ello sola le generaba angustia. Bueno pues su experiencia es que fue atendida por excelentes profesionales que la apoyaron en todo momento y al ser su segundo parto fue rápido y pudo estar en la planta con su bebe y su marido sin ningún problema, con una niña preciosa y sana. Eso sí, si todo iba bien a las 24 horas a casa, nada de esperar a las pruebas siguientes si no que llevarla de forma externa, para pasar el menor tiempo posible dentro del hospital (otra vez para protegerlas a las dos). Ahora están en casa felices y adaptándose los unos a los otros y a salvo.

 Con esto transmitiros positividad y tranquilidad a aquellas mamás que estéis esperando a dar a luz ya que estamos en buenas manos y protegidas por nuestro sistema de salud. Yo espero a Carlos a partir del 20 de junio, no sé cómo estará la cosa para entonces pero sí sé que me atenderán lo mejor posible y que lo que debo es concentrarme en que todo vaya bien, el coronavirus es lo último que se me pasara por la cabeza cuando llegue el día.

La sorpresa de lo imaginado

“La medicina y la moral descansan sobre una base común, sobre el conocimiento físico de la naturaleza humana”

Séneca

Foto cedida por los profesionales de la UCI de Guadalajara.

Hace unos días publicaba una colaboración sobre la vida en la UCI y la repercusión personal para la persona que lo escribió. Fue un post muy leído y muy emocionante para todo el mundo.

La magnitud del post fue tan grande, que una compañera y amiga de esta persona, también ha querido compartir con nosotros su experiencia como sanitaria.

Desde aquí no puedo más que emocionarme por querer escribir y compartir vuestras emociones más profundas con nosotros y también por hacer ver el valor tan importante que tenéis en esta sociedad, sois imprescindibles y maravillosos.

Vosotros nos estáis salvando, espero que cuando todo esto acabe, seamos los demás quienes os ayudemos a vosotros a superar todos los horrores que estáis viviendo y que estáis callando para proteger a la gente que os rodea.

Mucho ánimo  y mucho valor para vosotros.

Cómo imaginar ese día 29 de febrero, que el comienzo del mes siguiente pudiera ser tan diferente. Un día, digamos extraño, quizás en esta ocasión era premonitorio de una difícil etapa. Cada cuatro años aparece en el calendario como regalando o robando 24 horas al tiempo. En un año especial para la Enfermería, un año reconocido por el CIE como “El año para su reconocimiento mundial”.

Y así empezó el mes de marzo, como “una tormenta imperfecta”, con nuestro primer caso COVID 19. A partir de ese día, de esa noche, he y hemos vivido por y para la crisis. Una crisis cambiante, desbordante y  abrumadora. Una crisis que iba más deprisa que nosotros. Una crisis que ha tratado de ponernos al límite, de agotar nuestras fuerzas.

Pero qué emoción, qué sensación de orgullo de “sentir grande” una sociedad, una comunidad un sistema sanitario que para mí es digno de admiración. Orgullo por pertenecer a un “grupo de elegidos” que pueden ayudar al mundo de forma increíble a la vez que cotidiana.

Indudablemente  habrá muchas cosas que se pueden hacer mejor, o dicho de otra manera, de forma diferente. Hay que estar en ese momento de tensión extrema, contenida, marcando la templanza y teniendo qué decidir que unidad abrir, qué pacientes trasladar, qué habilitar, cómo contratar, cómo ganar a los retos de ese único día. Suficiente tener energía para superarlo.

Todo esto con mucha emoción. Emoción con mayúsculas. Intentando mantener fuerte al equipo al que intentas liderar, intentar transmitir fuerza, entereza y templanza. A veces con ganas de desvanecerte, pero con la certeza que no lo harás, en esta oportunidad única y a la vez extrema que nos ha presentado la vida. Mucho que aprender y mucho que meditar.

En este camino, he descubierto a personas maravillosas, profesionales, competentes y totalmente entregadas, que había visto, pero no había mirado. He buscado y encontrado luz en los días y he sonreído al encontrar tantas muestras de cariño de solidaridad y de apoyo. Como si amaneciéramos inmersos en una cadena de favores con sorpresas de donaciones y “regalos desde el corazón”.

Quizás es abrir demasiado mi corazón pero me gustaría  compartir una pequeña reflexión,  una pequeña historia de mi vida, de tantas vidas….

En estos días difíciles, todos los que tenéis la suerte de tener, de disfrutar, aun en la distancia,  de vuestros padres, os  preocupáis de su salud. ¿Cómo vivirán la soledad?, ¿cómo estarán comiendo? , los pensamos  desvalidos. Creo que son muy fuertes, tienen una mochila bien cargada y han vivido momentos dramáticos de la sociedad.

Yo no tengo esa suerte, los míos se fueron de mi vista,  no de mi alma, hace muchos años. En estos días, les “he hablado y pedido mucho”. Les decía y digo “Mandad un poco de luz a este mundo que está sufriendo, hacednos aprender y reinventar el futuro.” Tantas cosas, tan sencillas, que seguro imagináis.

Afortunadamente, por la propia evolución de la crisis, por tanto trabajo bien hecho, por todos los turnos doblados, por todas las sonrisas, por todos los que suman, parece que estamos en una tregua. Bendita tregua.

No sé si vamos a aprender suficiente, deberíamos hacerlo. Esta crisis es posible que se repita y debemos estar lo mejor preparados para ellas. Qué paradoja, que reflexión tan profunda podemos hacer, cuanto se está recuperando nuestro medio ambiente, nuestro maravilloso mundo, de esta “locura de sociedad” en la que estábamos inmersos. Cómo nos  ha hecho parar, sin preguntarnos, con contundencia.

 Quizás algunas noches en las que no podemos conciliar el sueño, donde nuestros fantasmas nos acompañan hemos pensado que el mundo podría presentarnos una difícil realidad, como las películas que tantas veces vemos. Quizás es verdad que la realidad supera la ficción.

Y quizás, solo quizás, esto muestra “La sorpresa de lo imaginado”.

Angeles Martín Octavio.

 Enfermera

Rincones en Casa

“Jugar no es un descanso del aprendizaje. Es el aprendizaje interminable, encantador, profundo, atractivo y práctico. Es la puerta al corazón de los niños”

Vince Gowmon

Hace unas semanas os conté que había preparado un pequeño taller de pintura con globos para el Pequeño Caballero y que después de, aproximadamente un minuto o dos pintando, me dijo:

  • Mamá, no quiero pintar, quiero jugar con la plastilina.

En ese momento mi mente hizo un clic y pensé… creo que llevamos mucho tiempo con juego dirigido, quizá por mi propia convicción de que en casa tiene que estar en constante movimiento y en constante estímulo.

A partir de ese momento le he dejado mucha más libertad de elección a la hora del juego y descanso. Le propongo varias opciones y él elige a qué quiere jugar o si simplemente quiere estar un rato en el sofá con papá y mamá.

Hace unos días también me conecté a un nuevo taller de mi querida Casa Grande, se llamaba Cómo acompañar el juego de nuestros/as peques y fue el paso definitivo para darme cuenta de que, efectivamente, el Pequeño Caballero va a disfrutar mucho más de su juego libre, que va a aprender más de este tipo de juego ya que le aporta libertad de elección, autonomía, concentración y atención en algo que quiere hacer en ese momento, además de una completa libertad de movimientos.

Así hemos llegado a reestructurar el salón de casa (ahora convertido en nuestra zona de juego principal).

Lo primero que hice fue observar durante dos o tres días su juego, qué era lo que más utilizada para jugar, qué era lo más motivador para él.

Hice una pequeña lista y me dispuse a imprimir los carteles que necesitaba para nuestros nuevos rincones.

En total tenemos nueve rincones, aunque tres están ubicados juntos:

  • RINCÓN DE GOL: En una cesta hemos puesto pelotas de diferentes tamaños. Tiene pelotas pequeñas con las que juega a rodarlas junto a papá o mamá. Tiene otra pelota para hacer masajes y las pelotas para jugar a gol por el pasillo. La cesta la hemos colocado justo debajo del cartel, así que ahora, cuando quiere jugar con las pelotas se dirige al cartel y lo señala muy contento. Y a la hora de recoger también le facilita mucho que estén colocadas en el mismo lugar siempre.
  • RINCÓN DE LA MÚSICA: En otra cesta tenemos todos sus instrumentos musicales, que no son pocos. Además, cuando quiere bailar y cantar también se dirige a ese rincón, donde hemos colocado un altavoz para la música. Los instrumentos y bailar es una de las actividades que más le motivan. Nosotros cantamos y bailamos con él y es un rato muy divertido en familia.
  • TRES RINCONES EN UNO: Nuestra cocinita (de IKEA) es muy funcional. Por delante está la cocina y todos los cacharros, debajo tiene una balda donde hemos puesto los puzles y si le damos la vuelta, se convierte en un teatro con pizarra. Por eso, aquí tenemos tres rincones en uno. Con la cocinita juega muchísimo, mete y saca todos los cacharros, nos prepara el aperitivo, friega lo que va utilizando, da de comer a sus muñecos ¡es increíble lo bien que se lo pasa! El teatro lo utilizamos para contar cuentos y para jugar con los peluches. Este teatro es que utilizamos para contaros y cantaros los cuentos que os voy colgando en el blog y en redes (https://mamimemima.home.blog/2020/04/16/576/ ). Además, tenemos unos cuantos puzles a su alcance para que los coja cuando quiera.
  • RINCÓN DE BIBLIOTECA: Este es un imprescindible. Los cuentos están a su alcance, cada cierto tiempo los cambio, los que ya no suele coger se los guardo y le voy sacando nuevos cuentos de nuestra pequeña biblioteca. Aunque hay algunos que no se pueden guardar, como el Caracol, la colección de la Cuna a la Luna o La pequeña oruga glotona.
  • RINCÓN DE LA CALMA: Justo al lado de los cuentos hemos colocado este rincón, que gracias al taller de Casa Grande, me he dado cuenta de que es muy importante para que el Pequeño Caballero tenga sus momentos de descanso cuando lo necesite. He sacado una manta que le hizo mi abuela cuando nació y al lado le he puesto su cesta de peluches. Cuando vio la manta fue directamente a su cuna y cogió su chupete y su dudú para tumbarse, fue algo muy emocionante. Esta manta la hemos utilizado en toda su etapa de bebé y es muy especial para mí.
  • RINCÓN DEL ARTE: En una esquina del salón he puesto este rincón. Le he sacado sus pequeñas maletas llenas de pinturas de dedos, ceras, lápices, esponjas, pinceles, pegatinas, etcétera. Para cuando quiera pintar tener todo el material a su alcance. Aquí también he incluido la caja con la plastilina, ya que el espacio es muy limitado.
  • RINCÓN CREATIVO: Por último, hemos colocado encima de una mesa del salón, toda su creatividad. Ahí vamos colocando todas las creaciones que hacemos juntos y que os hemos ido enseñando a través de las redes sociales. Están a su alcance, para que pueda jugar con todo y sea consciente de que eso lo ha hecho él y que os he ido dejando también en las redes y en el blog (https://mamimemima.home.blog/2020/03/30/pintura-con-rollos-de-papel/).

Y así ha quedado nuestro salón, invadido por el Pequeño Caballero. Cuando lo ha visto esta mañana al levantarse no daba crédito, ha acariciado los carteles (hay que trabajar también que esos carteles no se rompen) y enseguida ha ido a jugar con las pelotas.

De esta manera también vamos a poder trabajar el recoger los juguetes con más facilidad. Es importante que las transiciones de una actividad a otra se hagan con calma y recogiendo unos juguetes antes de sacar otros.

El juego es la base de todo su aprendizaje. El juego dirigido también es bueno y claro que se debe hacer, pero el juego libre hay que fomentarlo, sobre todo en estos días de confinamiento,  de esta forma le estamos dando responsabilidades a nuestro pequeño además de autonomía.

Es normal que a edades tempranas nos reclamen la participación en su juego o por lo menos el estar cerca de ellos. Acompañarles en este juego, animarles y disfrutar todos juntos, así es como todos vamos a aprender.

Espero poder ayudaros con mis propias experiencias, si lo ponéis en práctica contarme vuestra experiencia y la de vuestros pequeños, sabéis que me podéis encontrar en Facebook Mami Me Mima blog, en Instagram @mamimemimablog y a través del correo electrónico del contacto en el blog.

¡Muchas gracias familias y mucho ánimo!

Confinamiento, teletrabajo y ¿Conciliación?

“No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando lo creamos”

Albert Einstein

Seguramente, en estos días extraños, os estará tocando lidiar con este cambio drástico de vida, con un teletrabajo el cual requiere más horas que el trabajo normal del día a día, además con los peques en casa sin salir y sin ninguna posibilidad de tener ayuda externa.

Sé que muchas familias lo estáis pasando mal, llegáis a la noche con un sentimiento extraño, sin saber cómo resolver esta situación.

Por ello quería una colaboración como esta. Como bien dice el post, no está la solución a la conciliación, parece que no hay una varita mágica, pero sí os puede ayudar a ver que muchas familias están en la misma situación y vuestra visión y apertura de mente puede cambiar mucho una misma situación.

Ella es Elena, una de las psicólogas de mi querida Casa Grande, ha querido contaros como es su día a día en casa, trabajando tanto ella como su marido y con un niño pequeño, un Pequeño Superman.

Os aseguro que os vais a sentir muy identificados con ellos. Muchas gracias Elena por querer compartir con nosotros todas tus vivencias y por seguir guiándonos a todas las familias que nos conectamos con vosotros en Casa Grande.

¡Ánimo familias! Esto no es fácil, pero hay que seguir con ello, intentar manteneros positivos por vuestros hijos, intentar disfrutar de aquellos momentos importantes que podáis sacar para estar juntos.

Supongo que much@s al leer este título os habréis llevado las manos a la cabeza y esperanzadores pensáis que vais a leer la solución para llevar a cabo esto de la conciliación durante el confinamiento.

Pero primero, paremos un momento, ¿alguien se ha parado a buscar el verbo conciliar en el diccionario? (Os confieso que yo no la había hecho hasta ahora y menuda sorpresa me he llevado…)

Conciliar: “Hacer compatibles o aproximar cosas inmateriales que aparentemente son contradictorias o diferentes.”

¡OMG! Que resulta que trabajar y cuidar de los niñ@s son cosas contradictorias, pues ahora lo entiendo todo…

Después de esta introducción los que estabais esperando la varita mágica… ya sabéis que no va a suceder… pero Ana me ha pedido que os cuente cómo hacemos en casa para teletrabajar los dos y llevar al día las tareas domésticas, mientras tenemos un Pequeño Superman volando por toda la casa, que menos mal que no es muy grande… y allá voy!

Nosotros vivimos en un piso pequeño, dos habitaciones, un baño y… UNA TERRAZA! Sssssssiiiiiiiiiiiii!!! Señoras y señores tenemos terraza, y además útil; un bien que se ha vuelto muy cotizado en estos tiempos…

Y ¿cómo nos apañamos? Pues como podemos, no os voy a engañar…

Papá se levanta a las 7 para poder trabajar unas 3 horitas antes de que el PS se despierte, que menos mal que no nos ha salido muy madrugador… Porque una vez que se levanta, ¡comienza la revolución! “¡Buenos días papi, buenos días mami, a desayunar!”; el mueble de la cocina que contiene las cositas del desayuno se abre y se cierra mientras unas pequeñas manitas colocan absolutamente todas las opciones en la encimera, cereales, galletas, pan… y así comienza nuestra maratón diaria.

Mamá tiene una jornada de 25 horas repartidas de martes a domingo, pero estas semanas había que reinventar el recurso para poder funcionar online y las 25 horas se han quedado muy cortas…

Intentamos programarnos las horas de trabajo para no coincidir mucho tiempo los dos a la vez, pero hay veces que es imposible. Si nos programan reuniones a la misma hora ambos tenemos que conectarnos y no podemos estar en el mismo sitio, así que normalmente yo me voy a la cocina (mis familias ya se la deben saber de memoria) y papá se queda en el salón, porque el escenario del salón es un poco más serio para que lo vean los señores alemanes… Pero el otro día mientras papá estaba reunido, sus compañeros comenzaron a oírme cantar:

  • Se oye a alguien cantar…
  • Sí, es mi mujer, está trabajando…

En la cuarentena las siestas se han terminado para nosotros, y digo para nosotros porque el PS no la perdona ni un día y nosotros aprovechamos ese tiempo también para trabajar. Nuestros horarios se han ido adaptando a lo que nos facilita la vida a los tres, dentro de una rutina (estaréis agotados de escuchar esta palabra, pero es que ayudan mucho). Todo se ha visto retrasado (comida, siesta, hora de dormir…) pero mantener los horarios de la escuela infantil en nuestro caso no era productivo.

Tratamos de planificar las comidas y las cenas de toda la semana, esto nos facilita hacer la compra y nos hace menos cansado ese momento de ¿qué comemos mañana? ¿Qué sacamos para cenar?

Pero a pesar de toda esta “organización” el otro día papá y mamá estaban cada uno con su ordenador en el salón terminando unas cosas antes de comer. La comida estaba en el horno y el PS jugando en su habitación; hasta aquí todo controlado. Eran las 2 de la tarde y el PS debió empezar a notar los síntomas característicos del hambre, así que apareció en el salón a decirnos que tenía hambre. Como aún faltaba un poquito para que la comida estuviera lista, le ofrecimos un “entrete” (un trozo de pan en este caso) y nos pidió ver una peli. Pusimos la peli y volvimos a nuestras respectivas pantallas. Pasados 15 minutos el PS no había hecho ningún ruido, no había pedido que le cogiéramos, no había vuelto a decir nada de nada y tod@s l@s que tenéis niñ@s sabéis que mucho tiempo sin ruido solo puede significar dos cosas:

  • Está liando alguna
  • Se ha dormido

Pues sí, ¡BINGO! Levantamos nuestras cabezas de las pantallas y el PS se había quedado dormido con el trozo de pan en la mano y sin comer. En ese momento os puedo asegurar que el sentimiento de malos padres nos inundó como hacía tiempo no recordaba, porque encima para rematar la jugada le despertamos… No despertarle hubiera significado despertarse a las 4 sin comer y adiós a nuestro tiempo de trabajo durante su siesta, y el día se nos habría complicado mucho…

Cuando lo cuento me río, la verdad es que si te lo imaginas la situación era bastante cómica, pero en ese momento tuve que aguantarme las ganas de llorar… Es lo que tienen los efectos del confinamiento, los sentimientos están para todos multiplicados por 5.

Por la tarde intentamos hacer alguna actividad en familia tirando de creatividad lo que podemos: montamos ciudades con legos y playmobil, pescamos, hacemos marionetas, pintamos con casi cualquier cosa, vemos una peli, leemos cuentos, jugamos a los bolos, cocinamos juntos o simplemente nos tiramos al suelo… y así llegamos a los aplausos de la 20h que nos recolocan.

¿Y qué viene después de los aplausos? Pues viene un rato de desconexión para mamá y papá haciendo deporte y un rato para que el PS vea en YouTube (pero en la TV) como una niña abre huevos sorpresa y le van saliendo diferentes figuritas…

La situación de cómo hacemos funcional tampoco tiene desperdicio: cada uno en un extremo del pasillo (no cabemos en otro sitio), y el peso puede ser: botellas de leche, el correpasillos del PS lleno de botes de refresco, geles, champús, los maletines del ordenador…

Y para culminar utilizamos de esterilla el suelo de puzzle del PS. Imaginaros toda esta escena en vuestra cabeza y ya después de reíros, llegaréis a la misma conclusión que yo: lo que el confinamiento no separe, ya no lo separa nadie…

Y después de esta desconexión, entramos ya en momento baño, cena y dormir, junto con videollamadas varias con toda la familia para que el PS les alegre un poco el día con sus cosas.

El COVID nos ha obligado a parar, nuestras vidas están todas patas arriba… Pero es el momento de relajarnos y pensar que lo que no esté ese día, ya puede esperar.

Podemos ver la TV, leer cuentos o hacernos cosquillas y en ese momento soy consciente de que quizá no seamos los mejores padres, que quizá no estemos trabajando todo lo bien que debiéramos… pero el COVID nos está regalando momentos en familia y tenemos que disfrutarlos mientras dejamos que la naturaleza se recomponga fuera.

Ojalá aprendamos algo de todo esto…

Cuarentena en Londres

“Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber”

Benjamin Disraeli

Este es un testimonio de una persona que no vive aquí, de una persona que ha visto como la pandemia que estamos sufriendo se cebaba con su país, es el sufrimiento de una persona que ve lo que pasa y que no entiende que las personas que allí viven no lo vean.

Es una vivencia personal verdaderamente dura pero que refleja una realidad que ni por un momento podríamos imaginar, pero que es cierto.

Muchas gracias por querer transmitirlo y compartirlo con todos nosotros. Oajalá todo esto fuera un mal sueño, ojalá todas esas personas que siguen en los parques tranquilamente tuvieran razón y no hubiera de qué preocuparse.

Desde aquí te mandamos mucho ánimo y mucha fuerza para seguir y no salir ¡Ánimo para Londres!

Cuarentena en Londres por una madrileña que lleva 6 años y medio viviendo ahí.

Os escribo desde mi maravilloso apartamento de cuarenta metros cuadrados desde Londres, donde convivo y tele trabajo con mi chico.

Quería contaros cómo se está viviendo aquí este momento de pandemia global, este momento en el que cada italiano está mas cerca que nunca de los suyos, cada español está ayudando en lo que se le pide… En ese momento que te piden ser consciente de lo que está pasando, me toca vivir en una de las comunidades más egoístas que podrías encontrar en Europa.

Aquí el estado de alarma como tal, el confinamiento como se está conociendo en Europa, no existe.

Aquí te dejan salir a correr una hora al día, hasta hace tres días había gente acumulandose en los súper y nadie recordaba ni la distancia de seguridad ni las mascarillas…

No quieren ver las casi 800 muertes que hubo ayer… No quieren confinarse, porque el egoísmo les puede, porque así es la sociedad británica en general, no nos olvidemos que acabamos de sufrir un Brexit, la salida de la unión europea en la que ellos afirman por activa y por pasiva que son superiores a la Unión Europea y que no nos hace ninguna falta, que ya nos echarán de menos…

Ayer, domingo de Ramos, 23 grados en la capital británica… qué pasó? Que los parques se llenaron de gente, personas con sus cervezas y sus bolsitas de snacks para tirarse al sol con los colegas mientras se quitaban la camiseta y se tostaban, vuelta y vuelta. Y cuando los agentes les pedían (rogaban diría yo, por lo que ví en las noticias) que por favor recogiesen el chiringuito y se encerraran en casa, les contestaban que ellos tenían una hora y esa era su forma de hacer deporte. Así tal cual, a una policía… ni multa ni nada de nada claro está.

Hace dos días salió en las noticias el fallecimiento de cinco conductores de autobús. Aquí los conductores de autobus van en una cabina protegida, sin acceso a tocar a ningún pasajero… Pero da la casualidad que al lado de mi casa hay un intercambiador, y en sus descansos comen juntos, fuman juntos y ni distancia de seguridad ni mascarilla puesta, porque llevarla, la llevan, pero en la garganta…

El gobierno británico tardó muchísimo en reaccionar, en cerrar fronteras e implementar distancias de seguridad, en pedirnos que comenzaramos a  tele trabajar… Mientras que yo veía lo que pasa en España e Italia, aquí era lo más normal ir como sardinas en lata en el metro, seguir bebiendo en las terrazas, porque dentro los bares estaban hasta arriba… Cuando en otros países ya habían actuado, aquí estabamos a verlas venir. República de Irlanda cerró los colegios un día despues que Madrid, cuando solo había un muerto en todo el país. Cerró fronteras y trabajos esenciales con 39 muertos… Y ahora que están en lo que ellos consideran el pico de la pandemia, el total de fallecidos es de 79 muertos en total. Más de uno aquí en Londres se reía de la paranoia que estaba invadiendo a Europa… Pero es que ahora los expertos consideran que Reino Unido acabará superando con creces en muertes diarias a cualquiera de sus vecinos y preven un nivel de contagios que no podrán manejar…

Quitando todos estos factores externos, aquí el gobierno ha reaccionado bien en el tema económico. Han acordado una paga extra (que no han explicado muy bien ni cuando ni como la recibirán) para todos aquellos trabajadores esenciales que a día de hoy siguen trabajando.

Los Ertes han empezado a florecer en el momento que el gobierno nos ha garantizado el 80% de nuestro sueldo o un máximo de £2,500.00 mensuales. Se ha facilitado una ayuda extra para los que tenemos que seguir trabajando desde casa, en la cual se compromete el gobierno a pagar el 50% de las facturas (o a reducirlas a la mitad) por todos los gastos extra de luz, agua, calefacción…

Sobre las fronteras cerradas, por si no se sabe y alguien lo necesita, hay vuelos constantes a Madrid y a Londres (por amistades cercanas sé que Roma sigue abierta y Berlín igual). Las aerolíneas están cancelando vuelos para reducir riesgos, aún así todos los días salen unos 4 o 5 vuelos desde Londres a Madrid.

La foto que mando adjunta es de la mítica plaza de Trafalgar, que normalmente es imposible caminar por ella un día entre diario con todos los turistas, puestos ambulantes que hay, visitantes de la National Gallery que justo es el edificio que hay detrás. Esta foto está tomada el pasado Viernes 3, por una amiga que iba en bici a su trabajo en el St Thomas’ Hospital de Westminster.

La pequeña oruga glotona

La pequeña oruga glotona

Aquí os dejo este cuento precioso.

Una buena forma de hacer crecer el amor de vuestros peques hacia los cuentos es esta, cantarlos!

En este caso es una preciosa canción adaptada al texto del cuento que os aseguro que os va a encantar tanto a los papis como a los peques.

Una forma muy original de abordar los cuentos.

Espero que os guste y los disfrutéis toda la familia.

Os recuerdo que me podéis encontrar en Facebook Mami Me Mima blog, en Instagram @mamimemimablog y tenéis el correo electrónico del contacto en el blog.

Ayudar a mejorar la autoestima de los niños

Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”

Eleanor Roosevelt

Ya he hablado en post anteriores sobre la importancia de la autoestima o el autoconcepto, y ahora vuelvo a insistir en ellos, ya que en estos días tan extraños van a cobrar, si cabe, mayor importancia.

Ya llevamos más de un mes confinados, saliendo lo justo o incluso sin salir. Los niños lo están pasando bastante mal, son creo, los grandes olvidados de esta crisis y esto puede pasar factura. A largo plazo lo tengo claro, pero ahora, en el día a día también.

El no salir, el tener una rutina tan igual cada día, el malestar emocional, la preocupación… todo nos afecta a todos los miembros de la familia, pequeños y mayores.

Nosotros, como papis y mamis, tenemos el deber de hacer de este encierro algo positivo para nuestros hijos, ya sean pequeños, medianos o adolescentes. No debemos dejar caer el ánimo y mucho menos la autoestima. Debemos concentrar todos nuestros esfuerzos para mantener en auge todo su autoconcepto. Pero… ¿Cómo?

Aquí os dejo algunas actividades que podéis hacer en familia y que os pueden ayudar mucho en estos momentos.

Transformar la obligación de estar en casa en un objetivo para ayudar a los demás. Debemos plantear este confinamiento a los pequeños como un objetivo muy importante que debemos lograr, es decir, tenemos el objetivo de ayudar a los abuelos para que “no se pongan malitos” de ayudar a las personas que sufren algún tipo de patología o enfermedad pulmonar o asma para que “no se pongan malitos” también tenemos que ayudar a todos los médicos y sanitarios para que puedan hacer bien su trabajo “sin ponerse ellos también malitos”. Esto puede suponer un desafío para los más pequeños. Explicarles todas las mañanas el por qué estamos en casa y el objetivo de estar en casa, el desafío que tenemos por delante.

Convertirnos en súper héroes. Cada miembro de la familia puede elegir lo que mejor se le da hacer y convertirlo en nuestro súper poder especial que vamos a desarrollar día a día. A ese súper poder se le pueden ir añadiendo otros poderes que vayamos descubriendo cada día. De esta manera, ayudaremos a nuestros pequeños a fomentar su autonomía, sus ganas de poder hacer cosas solos, de colaborar en el que hacer del día a día, además de ayudar a elevar su autoestima.

Tarjetas personalizadas. Otra idea es realizar este tipo de tarjetas en familia, escribiendo lo bueno que tenemos cada uno de forma individual y luego compartiéndolo con los demás. Podemos hacer cada uno nuestra tarjeta y luego podemos hacer tarjetas del resto de miembros de la familia, de esta manera, sacaremos todo lo positivo de nosotros mismos y del resto de la familia. Podemos ponerlas en un lugar visible del salón, donde podamos mirarlas cada vez que nos sintamos tristes o decaídos.

Hacer sellos con nuestra inicial. Para sellar las tarjetas que hemos realizado en la actividad anterior, podemos realizar sellos con corchos o con media patata, con nuestra inicial y si lo impregnamos de pintura, podremos sellar todo lo que escribimos. Será nuestra marca personal, hecha por nosotros mismos y utilizado solo por nosotros.

Realizar un álbum. Otra actividad familiar puede ser la de realizar todos juntos un álbum de fotos y dibujos de momentos importantes. Se puede hacer en folios o cartulinas de colores, podemos escribir al lado de las fotos y los dibujos y ponerle nuestro sello. Será un bonito recuerdo para toda la familia.

Realizar un diario. También los niños pueden realizar un diario personal, donde escriban como se sienten. Mediante la escritura pueden expresar mucho, puede ser una forma terapéutica de expresar sus emociones más profundas.

El tarro de los logros. Por último, cada noche antes de irnos a dormir, podemos escribir en un papel los logros del día. No tienen por qué ser grandes cosas, pueden ser pequeños logros que nos hagan sentir orgullosos. Es una manera de que sean conscientes de todo lo que pueden hacer aumentando su motivación para conseguir nuevas metas y objetivos, fomentar su autonomía y su autoconcepto. Necesitamos un tarro transparente para cada miembro de la familia y papelitos para escribir. El tarro debe estar cerca de la cama y hacerlo justo al final de día. Terminar el día con lo bueno que hemos hecho y los logros que hemos conseguido es muy positivo para ellos y para todo su desarrollo.

Estos son solo algunos ejemplos de actividades en familia que pueden ayudar mucho a los niños, pero en el día a días, nosotros como padres podemos hacer muchas más cosas para seguir fomentando la autoestima y el autoconcepto de nuestros peques:

  • Valorar sus opiniones.
  • Enseñarles a estar orgullosos de sus logros.
  • Enseñarles a tolerar la frustración, minimizando la importancia de los fracasos.
  • La familia debe ser un buen modelo de autoestima.
  • Hablar y educar en positivo.
  • Dar responsabilidades adecuadas a la edad de los niños y apoyarlas.
  • Valorar las cosas y actos positivos que realiza.
  • Animarle a hacer las cosas él solo.
  • Apoyar en todo momento.

Sé que no es fácil, la crianza no es fácil y menos en estos días, pero para eso estamos papis y mamis, para afrontar en familia estos malos momentos, crecer y aprender con ellos y al final, convertirlos en algo bueno y constructivo para todos.

Mucho ánimo papis y mamis  y muchas gracias.

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EL BICHO

“En cada niño nace la humanidad”

Jacinto Benavente

Es increíble la respuesta que estoy teniendo al abrir este apartado de colaboraciones, llevamos mucho tiempo sin salir, viviendo días extraños y me alegra mucho que queráis compartir vuestras vivencias con todos los papis y mamis que leen el blog.

Ella es Ana, apenas la conozco, pero ha querido abrir su corazón para todos nosotros y estoy realmente emocionada ya que seguramente alguno de vosotros, por desgracias, os vais a sentir identificados con algunas de sus vivencias, otros, más afortunados, también os vais a identificar con otras. Es un relato con muchas emociones y experiencias muy íntimas.

Muchas gracias Ana por querer hablar desde el alma y el corazón y gracias a tu sobrina, por, efectivamente, entender mejor que muchos adultos la situación. Ella es una pequeña gran heroína también.

Para mí todo esto empezó el 7 de marzo por la tarde, estaba en el pueblo con unos amigos tomando algo cuando en el chat del cole una compañera escribió y nos dijo que había dado positivo en el bicho. A partir de ahí fue una locura, todos los compañeros se pusieron muy nerviosos.

Yo la verdad que estaba tranquila y sigo estándolo.

Bueno continuando con la historia, el lunes fue un revuelo en el colegio, se había filtrado la noticia de la compañera enferma y eso había puesto muy nerviosos a los padres y debido a ello faltaron muchos alumnos en casi todas las clases del centro.

Los que asistieron preguntaban qué había pasado y las llamadas al centro no pararon durante toda la mañana.

La semana continuó con “normalidad” a pesar de las ausencias. El revuelo volvió a llegar cuando Madrid suspendió las clases, ahí ya la incertidumbre de los padres y de los compañeros crecía.

La tarde del jueves 12 la pasé como casi todos mis compañeros pegada a la televisión para comprobar que decían las autoridades, finalmente se suspendían las clases, y una vez más, el chat del colegio echaba humo, al igual que mi cabeza ya que yo estaba haciendo una sustitución y me temía que la persona a la que estaba sustituyendo se incorporaría, y así pasó.

Nos dijeron que los profes teníamos que ir el viernes para organizar las clases y que los alumnos recogieran el material y demás y así lo hicimos, todo para mí era normal hasta que a mitad de mañana me comunicaron que mi sustitución terminaba.

A partir de ahí mi retiro, prefiero llamarlo así antes que confinamiento o encierro, ha sido muy entretenido.

Mi hermano mayor y su marido son sanitarios y trabajan en el hospital de Guadalajara y tienen una niña de tres años, que al igual que los demás niños de España no tiene clases, así que soy yo la que se la cuida mientras sus padres trabajan.

La verdad que me siento muy afortunada de poder pasar tanto tiempo con ella, aprendemos mucho la una de la otra y lo pasamos muy bien juntas.

Recuerdo la primera mañana que tuve que ir a cuidarla, ella ya sabía que no se podía ir al parque, pero ya era oficial que tampoco se podía salir de casa, sus papás ya la habían explicado que había un bichito y que no se podía salir de casa para no ponerlos malitos y que tampoco podíamos ir al colegio.

Los niños nunca dejan de sorprenderme, pues ella con solo tres años había entendido mejor que muchos adultos que había que quedarse en casa y lo hacía sin rechistar, es más si ve a alguien por la calle desde a ventana le regaña porque hay que estar en casa.

Los días fueron pasando y las manualidades y los juegos eran cada vez mejores, es fascinante como la mente agudiza el ingenio cuando más se necesita.

La segunda semana de retiro se confirmaba el único miedo que yo tenía, mi tía, que ya estaba enferma, empeoraba y había que subirla al hospital.

Al principio te pones en lo peor, porque ya mi hermano nos había avisado de que estaba muy malita y que podría pasar cualquier cosa.

Pasaron dos días y la peor de nuestras sospechas ocurrió, la tía Carmen, había fallecido, no estaba sola, porque sus hijas tuvieron la suerte que no han tenido muchas familias, ellas se pudieron despedir, sin besos ni abrazos, pero si con palabras.

Nunca he tenido una sensación tan rara en el cuerpo, parece como si no hubiera pasado, no la hemos visto, no nos hemos podido despedir de ella… es esa sensación de estar metido en una película con un mal final.

Pero si, si había pasado. Mis primas y mis padres enterraron a mi tía, solos, con mascarillas y guantes cual marcianos y a metro y medio cada uno. Los demás desde casa solo podíamos pensar en ellas, mis primas, que no se han podido abrazar ni las hemos podido dar cariño.

Pasó la semana y a día de hoy no sabría decirte cuantos días han pasado de esto, solo sé que sigo teniendo una sensación extraña en un pedacito de mi corazón.

Pero yo siempre soy muy positiva, y sé que todo esto que nos ha pasado a mi familia y a mí nos ha unido más si cabe.

Continuamos con el retiro, y entre juegos, manualidades, disfraces y bailes, los que vienen del hospital, cada día traen mejores noticias. Yo no pregunto mucho por la gente, prefiero preguntar cómo están ellos, como se sienten y hacerles ver que siempre estoy a su lado.

Como he dicho al principio no tuve miedo y sigo sin tenerlo, tengo la esperanza de que este tiempo sea productivo, teníamos que parar y no hacíamos caso. Nos hemos creído los reyes del mundo, y el bicho más pequeño nos ha puesto en nuestro sitio, en casa, con la familia, valorando cosas que en la rapidez del día a día no somos capaces de ver.

Lo que no te mata te hace más fuerte, y esto es lo que tenemos que ver.

Gracias Ana por darme la oportunidad de escribir lo que vivo y lo que siento, sin duda alguna es una terapia estupenda.

La importancia de las Rutinas estos días

“Si podéis curar, curad; si no podéis curar, calmad; si no podéis calmar, consolad”

Augusto Murry

Hace un par de semanas recibí una llamada muy especial desde Casa Grande. Iban a poner en marcha las sesiones de asamblea y los talleres vía online para las familias que quisieran asistir además de tener completa disponibilidad vía telefónica y vía email para todos a nivel individual.

La verdad es que fue una gran alegría, en estos días tan extraños es bonito tener un poco de “normalidad” y volver a ver a todos los grandes profesionales de Casa Grande y a Ión, claro.

Ya he ido con el Pequeño Caballero a un par de asambleas y la emoción ha sido preciosa ¡Mamá ahí está Ión! ¡Y Jose y la guitarra! Ha sido una gran alegría para él volver.

También he asistido a un taller muy interesante que me gustaría compartir con vosotros, mamis y papis, porque me parece un tema esencial y que parece que está costando mantener estos días, las rutinas.

Las rutinas son muy necesarias para todos y más aún para los pequeños. Estas rutinas pueden ir precedidas de algún tipo de ritual, de esta manera enseñan al niño a reconocer los distintos momentos del día.

Los niños tienen un pensamiento concreto, aprenden con hechos y emociones, las rutinas bien asentadas y asimiladas ayudan a superar momentos complicados del día a día.

¿Por qué las rutinas son necesarias?

  • Les da sensación de seguridad. Para un niño, los momentos de mayor tensión son los del paso de una actividad a otra, por ello es importante marcar el ritmo con rituales y rutinas siempre del mismo modo o parecido.
  • Les da estabilidad emocional y organización mental. Los pequeños conocen el mundo que les rodea a través de las emociones y el afecto, lo que conlleva al desarrollo del apego, permitiendo de este modo su autorregulación emocional.
  • Les permite saber en qué momento del día están. Si todos los días anticipamos de una manera lo que va a ocurrir, ellos sabrán lo que va a suceder.
  • Les transmite que hay un adulto atento a sus necesidades, un adulto que les quiere, que se preocupa y que está a su lado.
  • Facilita la convivencia al sentirse seguros y sabiendo anticipar lo que va a pasar, de esta manera, los pequeños están más tranquilos.
  • Fomenta la autonomía y la responsabilidad. Podemos trabajar con ellos el recoger los juguetes antes de comer o el poner y quitar la mesa por ejemplo.
  • Les permite interiorizar límites, algo básico para su desarrollo a todos los niveles.
  • Previene que se puedan dar situaciones de conflicto, como las rabietas por ejemplo.

¿Qué rutinas podemos llevar a cabo?

SUEÑO: El baño es la mejor rutina para saber que la hora de dormir está cerca. El agua tibia ayuda a relajarse, les recuerda a su  vida intrauterina, permitiendo una asociación a algo agradable. A continuación podemos aprovechar a realizarles unos masajes relajantes con la crema; también podemos ayudarles a que tengan más conciencia de su propio cuerpo con estos masajes y caricias.

Les podemos acompañar a dormir con un cuento o una nana, con los objetos transicionales (dudús, pañuelos, mantas…) que proporcionan mucha seguridad y tranquilidad a los pequeños. Hay que crear un ambiente cálido que invite al descanso, sin objetos que inciten o estimulen.

La siesta también es importante. Respetar los ritmos de sueño es fundamental. La siesta se debe producir en un horario “normal” es decir, no debe alterar la hora de sueño de la noche.

Es este momento previo a dormir, el niño debe estar tranquilo, el nivel de juego y de excitación debe ir bajando gradualmente para que de esta manera su sistema nervioso se prepare también para el descanso.

ALIMENTACIÓN: Es vital que se respeten los horarios de las comidas, no hace falta que se siga el horario de la escuela infantil o del colegio, pero sí es importante que todos los días en casa se respete la hora. Esto va a permitir a los pequeños interpretar que tienen un cuerpo que demanda la necesidad de comer.

También el anunciar el momento de comer con entusiasmo hace entender que la familia está unida y disfruta de este momento.

Aquí también se pueden establecer rituales anticipatorios como lavar las manos, poner el babero o sentarnos todos a la mesa.

Aprovechar estos días para comer todos juntos en familia, disfrutando del momento, haciendo de la comida algo especial.

HIGIENE CORPORAL: Podemos aprovechar también para incluir rutinas como el lavado de manos o de dientes y sobre todo el baño. Aunque no podamos salir de casa y no nos ensuciemos como en la calle, el baño sigue siendo un  momento vital y si tenéis bañera en casa ¿por qué no aprovechar y bañaros junto a vuestro pequeño?

JUEGO: El juego autónomo nos va ayudar a descargar el cuerpo y ponerlo en funcionamiento, de esta manera nos mantiene activos física y mentalmente. Es normal que a esta edad quieran que participemos de su juego o que por lo menos estemos cerca de ellos. Aprovechar estos momentos, son únicos.

También podéis recuperar esos juegos en familia de cuando éramos pequeños y como no, los dispositivos electrónicos de manera acompañada. En situaciones normales, no se recomiendan más de dos horas de su utilización, en estos momentos, el tiempo se podría elevar a tres horas.

Hay que ser responsables en cuanto a la utilización de los dispositivos, es bueno utilizarlos para estar en comunicación con la familia y amigos, pero también podemos salir a la ventana a hablar con el vecino o a los aplausos de las 20:00 horas y sobre todo, hacer un montón de experimentos y manualidades con ellos.

Es importante tener en cuenta que las rutinas no deben ser rígidas, se deben adaptar y más en estos momentos complicados. Si vuestro hijo no las tiene adquiridas, este puede ser un buen momento para ponerlas en marcha gradualmente, siempre de forma respetuosa y adaptada al niño y a su edad.

Las emociones juegan un papel muy importante en estos momentos y la situación personal de cada familia también, pero tener en cuenta que nuestros pequeños siguen su desarrollo corporal y emocional y tenemos que seguir acompañándoles, ayudándoles y apoyándoles.

¡Ánimo papis y mamis!

Recordar que también estoy en Facebook Mami Me Mima blog, en Instagram @mamimemimablog y en el apartado de contacto dentro del blog.

Muchas gracias familias y muchas gracias Casa Grande.