“En cada niño nace la humanidad”
Jaciento Benavente
Después de 45 días aproximadamente sin salir de casa a causa de estos días extraños, ayer fue el primer día que me aventuré a dar una vuelta con el Pequeño Caballero.
Desde el domingo ya podíamos salir a la calle con los más pequeños, con bastantes medidas, pero cuando esto fue anunciado yo me sentí rara. Todo el mundo a mi alrededor estaba muy contento, me animaba a salir con mi Pequeño, total, la zona donde nosotros vivimos tiene mucho campo y mucho verde, iba a ser imposible no cumplir la distancia mínima de seguridad, además, el pobre lleva más de 40 días sin salir.
Yo lo pensé, lo medité y me pregunté ¿Realmente va a ser necesario salir a la calle el primer día? ¿Realmente los padres y madres van a cumplir las medidas impuestas por el gobierno? ¿Realmente el Pequeño Caballero tiene una necesidad imperiosa de salir a la calle? O esa necesidad… ¿Es realmente nuestra necesidad como adultos confinados?
Después de todas estas preguntas, me asomé a la ventana de mi habitación, que da a la calle, más concretamente a un descampado donde hay un colegio, parques, zonas arboladas y pistas de baloncesto y fútbol.
Y que fue lo que vi… Pues lo que ya me imaginaba que iba a ver… Gente, mucha gente, familias enteras, papá, mamá, niños, perros, abuelos… Todos juntos, en corrillos, sin respetar distancias. También se oyen gritos que vienen de las pistas de baloncesto, ahí estaban tres chavales jugando y corriendo.
Era muy difícil pasear con un niño y mantener las distancias con el resto de personas, ya que había tanta gente que incluso algunos padres tenían que caminar con sus hijos por las zonas habilitadas como aparcamientos, al lado de la carretera.
La gente de mi alrededor seguía preguntándome si habíamos salido y yo contaba lo que veía desde la ventana y me contestaban incrédulos que eso no podía estar pasando en un barrio como el mío, porque entonces en el centro de las ciudades ¿Cómo estarían siendo estas salidas?
No tardamos mucho en dar respuesta a esa pregunta. Efectivamente, calles llenas de gente, de niños corriendo, familias enteras paseando, incluso gente haciendo deporte o saliendo junta sin niños y sin perros.
Pues no, así no familias, así no salimos de esta. De nada sirve aplaudir a las 20:00 horas, de nada sirven los dibujos de arcoíris que todos los niños han dibujado, de nada sirve el todo saldrá bien si nos dan un mínimo de libertad y salimos todos en manada.
Creo que tomé una buena decisión al quedarnos en casa.
El Pequeño Caballero se ha portado muy bien estos días, algunas veces pide salir a la calle, pero sabe que no podemos (hay un “bichito” malo en la calle que no nos deja salir…), así que no hay dramas, jugamos y es feliz de tener a su papá y a su mamá en casa.
Hablo con más mamás y me dicen lo mismo, que sus hijos se portan bien y están contentos. Entonces vuelvo a repetir las preguntas ¿Quién tiene ganas de salir? ¿Los niños o los papás?
El lunes todo parecía más tranquilo en la calle, así que ayer cogí la moto y cuando le dijimos al Pequeño que iba a la calle con mamá su carita de incredulidad me llenó de amor.
Paseamos cerca de casa, vimos a algunos amigos de la escuela donde trabajo, los niños querían acercarse unos a otros, pero no les dejamos. Vimos a una de mis pequeñas que ya está en el cole, pero seguimos disfrutando de las tardes de parque y sus caras de felicidad al verse no tenían precio.
El Pequeño Caballero no entendía nada, no entendía por qué no podía jugar con los nenes, ni podía ir al parque, por qué nos teníamos que apartar cuando nos cruzábamos con alguien, así que después de unos 45 minutos de paseo me dijo muy serio:
- Mamá, me quiero ir a casa con papi.
Y sí, nos fuimos a casa, directos al agua patos.
Fue gratificante salir, el sol en la cara, el aire revolviendo el pelo, respirar el olor de la calle. Todo mezclado con un sentimiento de miedo, incluso de remordimientos por pasear sabiendo que mucha gente no puede hacerlo.
No me siento una privilegiada por poder salir, al revés, me siento con una gran responsabilidad entre mis manos.
Solo os pido eso, responsabilidad ante la situación que tenemos.
Sabéis que podéis seguirme en Facebook Mami Me Mima blog y en Instagram @mamimemimablog
Además tenéis disponible el correo electrónico en el apartado de contacto del blog para cualquier consulta personal.