Crisis del Desarrollo

“El que vence a los demás es fuerte. El que vence a sí mismo es poderoso”

Lao Tzu

Ya os hablé de los Periodos Sensibles de María Montessori y de sus Principios Pedagógicos y hoy os quiero hablar de las llamadas Crisis del Desarrollo en los niños, que la misma María Montessori los describió como, momentos evolutivos de grandes cambios físicos e intelectuales, los cuales nosotros como adultos, debemos conocer y saber gestionar de forma muy respetuosa.

Si estas crisis son superadas y acompañadas de forma amable, se van a convertir en una fuente enorme de conocimiento y de desarrollo a todos los niveles por parte del bebé.

Estas crisis evolutivas se van a dar en los tres primeros años de vida, coincidiendo con la etapa de mente absorbente, una etapa vital para los niños y son:

  • CRISIS DEL NACIMIENTO: El bebé pasa de estar en el útero materno, con todas sus necesidades cubiertas, a tener que respirar, comer, poner en marcha todos sus sistemas, etcétera, por sí mismo. Según María Montessori, esta crisis se suele dar en las primeras 6 – 8  semanas de vida. En este momento, lo que necesitan los bebés es estar con su madre para el desarrollo del apego y el vínculo, estar tranquilos y no sobre estimulados, es decir, necesitan un ambiente lo más estable y tranquilo posible.
  • CRISIS DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: Hasta los 6 meses de vida, la alimentación del bebé debe ser exclusivamente de leche (leche materna o leche artificial) y a demanda (tanto el pecho como la leche de fórmula) es decir, el bebé va a comer tantas veces como nos lo demande. A los 6 meses vamos a empezar, poco a poco, con esta alimentación complementaria, teniendo siempre de base la leche. El bebé nos indica que ya está preparado para esta alimentación cuando es capaz de sentarse solo, cuando van apareciendo los primeros dientes o cuando empieza a mostrar interés por otro tipo de alimentos. Esta introducción de alimentos se debe realizar de forma amable y respetuosa, siempre observando al niño y respetando lo que quiere y lo que no, sin obligar a comer nada. Una forma respetuosa de ofrecer este alimento, es dejárselo delante y que él mismo tenga la posibilidad de manipularlo o probarlo. El método  BLW (Baby led weaning o alimentación autorregulada) es muy adecuado para esta introducción de alimentación complementaria, ya que significa ofrecer al bebé este alimento de forma muy respetuosa y ajustada a él sin necesidad de pasar por el alimento triturado.
  • CRISIS DEL DESPLAZAMIENTO: Alrededor de los 9 meses, el bebé empieza a tener la capacidad de desplazarse, primero con el gateo, luego se irá agarrando a los muebles para intentar ponerse de pie, cuando lo consiga, empezará a desplazarse agarrado y de forma lateral, hasta que finalmente acabará andando por sí solo. Este momento coincide con algo muy importante de lo que ya hemos hablado, la ansiedad por la separación, ya que es en este mismo momento cuando empiezan a tener conciencia de sí mismos y de su cuerpo. Para ayudar a los pequeños en esta crisis del desplazamiento, lo primero que tenemos que tener claro es que no podemos forzar sus ritmos naturales, debemos tener un ambiente preparado para este desplazamiento, que tengan estímulos que les puedan llamar la atención, ayudarles cuando lo necesiten y sobre todo velar por su protección y seguridad. Pero jamás, forzar, coger de las manos, regañar o comparar. Siempre las edades son orientativas, hay niños que gatean antes y otros después o incluso que no llegan a gatear, niños que andan antes y otros después, pero el resultado siempre es el mismo, los niños aprenderán a andar cuando estén preparados.
  • CRISIS DE AUTOAFIRMAMIENTO: Se empieza a dar alrededor de los 18 meses, cuando el niño empieza a reafirmarse y aparece el temido “no”. Este “no” es simplemente su reafirmación como un niño independiente de su madre, un niño que tiene opinión propia y que la expresa como tal. Esta crisis se supera cunado el niño cambia el “no” por el “yo”. Este cambio significa que el niño ya es consciente de que es un ser individual y único y por tanto empieza a actuar como tal.

Estas crisis se dan en todos los niños, por ellas van a pasar todos, por eso es bueno y preciso conocerlas. Estas crisis irán unidas a esos periodos sensibles, a esas temidas explosiones emocionales o rabietas, es decir, que nuestros pequeños pueden pasar algunos momentos difíciles a lo largo de estos primeros años de vida.

Entender y acompañar de manera amable, con mirada amable, es vital para conseguir que los niños superen cada etapa y cada crisis de manera correcta, haciendo incluso aprendizajes fuertes de cada una de estas crisis y reafirmando su autoconfianza.

Nosotros como adultos debemos estar con ellos, acompañarles, guiarles, mostrarles nuestra confianza en ellos, agacharnos, mirarles a los ojos y algo esencial, utilizar la observación para conocer a nuestros hijos, para poder prevenir ciertas circunstancias o ciertos momentos que pueden generar tensión o malestar en el pequeño, utilizar la escucha activa, aprender a entenderlos y así ayudarles de la mejor manera posible.

Los tres primero años  son la base de toda nuestra vida, por eso debemos estar atentos a todos estos cambios y poder así ofrecerles el mejor ambiente para ellos, ese ambiente donde puedan aprender, donde se sientan seguros y queridos por encima de todo y donde nosotros seamos, en definitiva, nuestra mejor versión para así ofrecérsela a nuestros hijos.

¡Muchas gracias familias!

Espero haberos ayudado, recordar que podéis seguirme en Facebook Mami Me Mima blog, también en Instagram @mamimemimablog y si tenéis alguna consulta personal podéis escribirme al correo blogmamimemima@gmail.com y estaré encantada de ayudaros.

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Necesidades Emocionales de los bebés

“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”

Paulo Coelho

En el último post que escribí, os hablé de las necesidades cerebrales de los bebés y de las consecuencias del estrés tanto de la mamá como del bebé, así que hoy os traigo las necesidades a nivel emocional que tienen los pequeños en los primeros meses de vida.

Ya conocéis la importancia de coger en brazos al bebé, de atenderles correctamente para su óptimo desarrollo tanto cerebral como emocional, ya que el bebé necesita de los adultos para integrar patrones de conductas, ellos guardan en forma de imagen lo que necesitan para su propio equilibrio y lo ponen en práctica para desarrollar sus emociones.

Los bebés necesitan tener cuidadores disponibles para él, si un niño decimos que es “difícil” es porque no obtiene lo que necesita del adulto, ya que cuanta más atención pongamos al niño más tranquilidad y equilibrio vamos a aportar para su desarrollo integral.

Debemos ser conscientes en todo momento de las emociones del bebé y de las nuestras propias, debemos tolerar situaciones de frustración y explosiones emocionales y equilibrarlas. Equilibrarlas con amor, acompañamiento, escucha, empatía, tolerancia, sonrisas y respuestas.

La actitud que tengamos hacia las emociones del bebé será completamente crucial para su desarrollo ya que su conocimiento emocional se basa  en el conocimiento de los estados emocionales  de las personas que le cuidan. Los bebés conectan sus neuronas y sus emociones a las nuestras para conocer las suyas propias.

¿Qué podemos hacer para dar respuesta a esas necesidades emocionales de los bebés?

  • Estar a su altura.
  • Cogerle en brazos.
  • Seguir y respetar sus ritmos naturales.
  • El intercambio de emociones entre el adulto y el bebé.

Las emociones tienen un impacto en todas las regiones del cerebro, todo lo que aprendemos y vivimos está basado en cómo nos sentimos.

Todas las personas que están a cargo del bebé, deben garantizar su desarrollo óptimo a nivel físico y a nivel psicológico, para desarrollar así de forma correcta el vínculo y el apego seguro. Debemos saber que los bebés ven el mundo a través del adulto que les está cuidando.

En el primer año de vida necesitan tener unas necesidades básicas cubiertas:

  • Todos sus cuidados básicos de alimentación e higiene.
  • Que sean comprendidos y atendidos correctamente.
  • Hablarles mucho.
  • Sostén emocional.
  • Contacto físico constante.
  • Sentirse seguros y protegidos.
  • Dejar que expresen todas sus emociones.
  • Adecuar el entorno a las necesidades del niño.
  • Darles constantemente mensajes positivos y de amor.
  • Tener tiempo real para ellos.
  • Darles la libertad de movimiento que necesitan en cada etapa de desarrollo.
  • Necesitan escuchar y observar.
  • Debemos dirigirnos a ellos con un tono de voz cariñoso y una adecuada entonación.
  • La sonrisa en esencial.
  • No se debe dar un exceso de estimulación.
  • Debemos explicar en cada momento que hacemos con ellos (vamos a cambiar el pañal, vamos a comer, vamos salir)
  • Nunca debemos mentirles.

Todo esto va a favorecer el desarrollo del lenguaje, el conocimiento de sus emociones, van a sentirse partícipes de lo que hacemos con ellos, se van a sentir tranquilos y seguros y sobre todo vamos a afianzar el vínculo y el apego seguro con ellos.

El llanto también forma parte la comunicación con el bebé. Ellos se comunican con nosotros a través del llanto, nos están diciendo que algo les pasa y nosotros, como cuidadores principales debemos atenderle inmediatamente. No se debe reprimir este llanto o distraerlo, se debe atender con seguridad, con empatía y no se debe abandonar, jamás deben sentirse abandonados por llorar, el bebé no puede sentir que si llora sus papás no van a atenderle.

En relación a este llanto también debemos conocer la llamada ansiedad por separación.

Hasta los 7 u 8 años el cerebro del niño solo hace un trabajo emocional con el sistema límbico, haciendo de sustento con todo lo que en su cuerpo ocurre. Es decir, hasta los 7 u 8 años el cerebro del niño es completamente emocional no racional, se deja llevar y guiar por sus emociones, por lo que siente en ese momento. Todo lo que vive y experimenta pasa por una emoción.

Las emociones en los bebés son cruciales en sus vidas y en su desarrollo y la ansiedad por separación es una emoción que se da con mucha intensidad en los tres primeros años de vida, forma parte de su desarrollo y es totalmente normal que la sientan y que las expresen. Existen tres tipos de ansiedad por separación:

  • Un bebé sano que se separa de su figura de apego.
  • Un bebé sano que está con desconocidos.
  • Ansiedad por separación crónica porque no están sus necesidades correctamente atendidas.

Lo normal es que esta ansiedad por separación y por desconocidos sea bastante intensa en estos primeros años, genera temor, llanto y frustración. Empieza a disminuir con el desarrollo del lenguaje ya que ellos pueden expresar lo que les pasa y desaparece por completo cuando se genera un vínculo con el cuidador.

La dependencia en los bebés es completamente sana. Cuando existe independencia es porque son bebés que no están atendidos correctamente.

Al igual que las explosiones emocionales, esta ansiedad es totalmente normal en los bebés, a la hora de separarnos de ellos, a la hora de dejarles en la escuela infantil o incluso a la hora de dejarles con los abuelos.

Debemos integrar que esto es algo normal, forma parte de su desarrollo y de su supervivencia, debemos entenderle y acompañarle, conocer sus emociones y apoyarle y por supuesto, jamás ignorarle, reprimirle o distraerle, simplemente debemos dejarle que exprese ayudándole y acompañándole.

Cuando existe la ansiedad crónica por separación, es porque el bebé no está correctamente y emocionalmente atendido, entones el bebé llora en cualquiera de las situaciones que se le da, tanto con sus figuras de cuidado como con desconocidos. Son niños ansiosos y temerosos, que no saben cómo actuar porque sus necesidades no se cubren cuando las demandan.

Los bebés necesitan amor, apego, que se les coja en brazos, que se les atienda en todo momento, necesitan tener todas sus necesidades emocionales cubiertas para su óptimo desarrollo a nivel emocional, social y cerebral.

¡Espero haberos ayudado y muchas gracias familias!

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¡Muchas gracias familias!

La importancia del Apego

«Confiar en ti mismo no garantiza el éxito, pero no hacerlo garantiza el fracaso» Albert Bandura

Posiblemente habréis escuchado muchas veces la palabara Apego y la importancia de crear un Apego seguro con vuestros hijo, pero ¿Qué es el Apego? ¿Realmente hay que otorgarle esa importancia? Voy a intentar indagar en lo más profundo de esta palabra y así podréis decidir vosotros mismos como mamis y papis si os gusta o no.

El Apego, es un conjunto de vínculos afectivos entre personas que tienen el objetivo de propocionar proximidad para conseguir seguridad y protección en cualquier situación o contexto que puedan resultar amenazante (John Bowlby). Estos vínculos se modifican con el tiempo dando lugar a cuatro fases en el desarrollo del apego:

FASE 1: SENSIBILIDAD SOCIAL INDISCRIMINADA: Hasta los 2 meses. Pre-apego. De esta fase dependerá el desarrollo del apego en fases posteriores. Está vinculada a las necesidades de supervivencia y seguridad y a su capacidad innata para llamar la atención del cuidador. El recién nacido no mostrará preferencias por ninguna figura de apego, sino que aceptará el cuidado de los adultos que le rodean. En esta fase se establecen las condiciones necesarias para la formación del vínculo de apego. Los adultos permanecen cerca para satisfacer las necesidades del bebé.

FASE 2: SENSIBILIDAD SOCIAL DISCRIMINADA: Entre los 2 – 7 meses. Coincidiendo con el desarrollo visual, el niño comienza a distinguir lo que le rodea y a las personas conocidas. Comenzará a mostrar un mayor interés por los cuidadores primarios, pero no rechaza el contacto con otros adultos, pero todavía no se puede hablar de vinculación afectiva.

FASE 3: APEGO DEFINIDO: Entre los 7 – 14 meses. Se empiezan a desarrollar apegos específicos, el niño muestra mayor vinculación con determinadas figuras de apego y comienza el rechazo por el cuidado por parte de otros adultos. El desarrollo motor marca una diferencia, permite al niño buscar de forma activa el contacto con las figuras de apego. Las interacciones están marcadas por el llamado «egocentrismo» del niño, que todavía no tiene la capacidad de comprender las interacciones y necesidades de la figura de apego y no es capaz de acomodar su comportamiento a las exigencias de los adultos.

FASE 4: FORMACIÓN DE LA RELACIÓN RECÍPROCA: A partir de los 2 años. La reducción de egocentrismo y la superación del mismo hace que el niño sea consciente de los sentimientos, metas e intenciones de los demás. El desarrollo del lenguaje es vital para ir provocando una regulación externa e interna del comportamiento. Aquí se puede empezar a hablar de una relación recíproca entre ambas partes.

Existen tipos de apego, para identificarlos Mary Ainsworth, pionera en la teoría del apego, ideó la situación extraña, que permitía observar las reacciones del niño en situaciones de interacción con el cuidador y la ausencia de figuras adultas. A través de esta técnica, se ha identificado 4 patrones de apego:

PATRÓN DE APEGO SEGURO: Se caracteriza por la capacidad del niño para utilizar la figura de apego como una base segura para explorar entornos desconocidos de forma activa, independiente, pero manteniendo un contacto visual con el cuidador. Ante la desaparición de las figuras de apego, el niño puede protestar pero el reencuentro es positivo y anula cualquier sentimiento negativo. Este tipo de patrón facilita el desarrollo psicológico y social del niño, favoreciendo el establecimiento de modelos de interacción positivos que podrán extenderse más allá de los cuidadores principales. El apego seguro redunda positivamente en el autoconcepto, la autonomía, la autoeficacia y la empatía, además de en la capacidad de iniciar y mantener relaciones interpersonales. Se consigue cuando las necesidades del niño están cubiertas y atendidas, el cuidador es sensible a estas necesidades y las atiende con regularidad.

PATRÓN DE APEGO INSEGURO/HUIDIZO: Propio de los niños que tienen una capacidad explorativa activa y totalmente independiente, dado que ignoran a los cuidadores e incluso evitan la proximidad y el contacto con ellos. No muestran interés ante la separación de la figura de apego, el reencuentro resulta indiferente e incluso tienden a evitar tanto el contacto físico como visual con sus cuidadores.

PATRÓN DE APEGO INSEGURO RESISTENTE/AMBIVALENTE: Se caracteriza por una baja capacidad exploratoria y un alto nivel de ansiedad. Los niños suelen aferrarse a la figura de apego, aunque también muestran resistencia a la proximidad. Exhiben angustia en la separación, además son muy difíciles de consolar en el reencuentro.

PATRÓN DE APEGO INSEGURO DESORGANIZADO/DESORIENTADO: Propio de niños que en situaciones de separación se encuentran aturdidos, confundidos, presentan temor hacia las figuras de apego, aunque en situaciones novedosas buscan su protección. Se caracteriza por mostrar patrones extraños huidizos y resistentes y manifestación de miedos hacia la figura de apego. Estos patrones están relacionados con problemas de adaptación social, trastornos de conducta, agresión, conducta antisocial y conductas delictivas.

Por medio de las conductas de apego, el recién nacido atrae a los adultos incitándoles a la interacción, esto contribuye la base para la formación del apego. A través de conductas como la sonrisa, las vocalizaciones, los balbuceos, el seguimiento visual, el llanto, etc los bebés indican a sus cuidadores cuándo y cómo deben relacionarse con ellos y cuáles son sus necesidades inmediatas.

Este primer vínculo que se establece entre el bebé y su mamá va a tener una gran influencia en los sucesivos patrones de relación que se van a ir forjando con otras personas a lo largo de la vida. Este vínculo es el resultado de la interacción entre ambos (mamá y bebé) a través de un conjunto de pautas de conducta específicas que tienen lugar en el entorno natural durante los primeros meses de vida.

El bebé nace inmaduro, su desarrollo es bastante lento y el vínculo de apego tarda en desarrollarse, va tomando conciencia de la figura materna muy lentamente y solo cuando adquiere la movilidad autónoma establece un vínculo de apego con ella y busca su proximidad activamente. Durante los primeros meses, es la madre la que se muestra más activa en la búsqueda de la proximidad.

El sistema de apego tiene la función de dar seguridad en el desarrollo a través de la proximidad. Dura toda la vida, aunque la forma de demostrarlo va cambiando y las personas a las que se demuestra también va cambiando.

El apego es un vínculo de confianza indispensable para todo el desarrollo del niño, incluyendo el desarrollo de su personalidad. Es vital el cuidado de las figuras cercanas al bebé para que se pueda desarrollar este vínculo que va a influir en toda su vida y en todas sus relaciones.

Como podéis comprobar, mamis y papis, crear un apego seguro con vuestro hijo es vital para su futuro, para ello debéis atender correctamente todas sus demandas, hay que poner límites, pero también hay que estar ahí, ser cercanos y empáticos, ayudarles a descubrir el mundo que les rodea, lo que no significa hacerlo todo por ellos. Hay que darles libertad, pero manteneros cerca siempre. El apego es fundamental para el desarrollo integral del bebé, crear este apego seguro va a marcar todo el futuro de vuestro hijo, no dejéis que nadie os diga esto o lo otro, como padres es esencial que os sintáis bien y a gusto con la crianza de vuestros hijos, porque nadie mejor que vosotros conoce a vuestros hijos y sus necesidades. Eso sí, utilizar la coherencia y tener presente la poca conciliación laboral y familiar que existe, por desgracia.

Cada paso que deis con vuestro bebé va a ser decisivo para la persona que será en un futuro.

Coger, disfrutar y jugar con vuestro hijo, que todos estos momentos son únicos y no vuelven.

Espero haberos ayudado, mucho ánimo a todos en esta dura tarea que es la crianza.

Malditos Mordiscos

«La educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela» Albert Einstein

Ya llevamos un mes en la escuela con el nuevo curso, los niños empiezan a estar adaptados, contentos y ya empieza a salir el carácter y la personalidad de cada uno, y con ello, los malditos mordiscos.

Tan malo es que tu niño venga mordido, como que te digan… Bueno, hoy ha mordido a un amigo.

El pequeño caballero muerde, sí, ya ha mordido a alguno de sus compis de clase, pero ¿por qué muerden los niños? Morder es una conducta normal de algunos niños de entre 1 y 3 años, pero es necesario enseñarles desde el primer momento que esa conducta no está bien y que les puede traer consecuencias negativas.

Los niños emplean la boca para explorar y aprender, todos los papis habéis comprobado que vuestros hijos todo se lo llevan a la boca, todo lo investigan chupando y mordiendo. Cuando «están con los dientes» también tienen una necesidad muy grande de calmar esa desazón.

Otra razón muy importante es que la boca también constituye su manera de socializar, tanto con sus iguales como con la gente que está a su alrededor.

Debemos comprender que un niño pequeño no tiene habilidades sociales para comunicarse o para expresar sus necesidades, no puede regular su comportamiento, así que para ellos morder es una manera imediata de conseguir sus objetivos.

Los niños pueden morder para explorar el espacio que les rodea, también pueden morder para defenderse, por ejemplo cuando están jugando y otro amigo les intenta quitar su juguete; o incluso para decir que él quiere hacer las cosas solito y así desarrollar su propia autonomía.

Los cambios en el ambiente son un punto muy importante, la llegada de un hermanito, el comiezo de la escuela, algún cambio significativo dentro de casa o a su alrededor también puede provocar que el niño se revele mordiendo.

El adulto debe estar atento al momento del mordisco y ver por qué lo hace, cuál ha sido el desencadenante de la situación, qué es lo que le preocupa al niño o qué necesidades emocionales tiene. La reacción inmediata debe ser corregir esa conducta, haciéndole ver que eso no está bien, que hace daño a los amigos. Pero nosotros los adultos, debemos ser conscientes de que esa conducta aparece por algo y es ahí donde debemos indagar y actuar.

Hay cosas que debemos evitar hacer en todo momento como pegar, gritar, regañar o amenazar; ignorar la conducta, etiquetar al niño como «el que siempre muerde» o excluirlo de las actividades del aula cuando estén todos los amigos juntos para que no les haga daño.

Y también hay muchas otras cosas que debemos hacer, como reforzar las conductas positivas del niño que muerde, ser un ejemplo mostrando que las cosas se pueden hacer con caricias, o pidiendo por favor o siendo amables. Es importante hablar con el niño para ver por qué lo hace y hacerle ver que está mal.

Mi experiencia con el pequeño caballero ha sido que, efectivamente hay que poner solución inmediata a esta conducta para que no se repita. Él nos mordía cuando intentaba hacer las cosas solito y nosotros no le dejábamos, entonces nos poníamos serios a su altura para corregir la conducta. Cuando comenzó a ir a la escuela también mordió a varios de sus amigos, lo hacía cuando le quitaban un juguete o cuado se ponía muy nervisoso. Al haber sido muy constantes en esta corrección, poco a poco se dio cuante de que no podía hacerlo y él mismo cuado le preguntabámos si se mordía a los amigos nos contestaba que no.

Hay que concienciarnos como padres que los mordiscos son una conducta normal que aparece en muchos niños pequeños, no hay que alarmarse, pero sí poner remedio y solución , además, es una buena oportunidad para enseñar a nuestros hijos a pedir perdón y a ponerse en el lugar del otro.

Ya lleva unas semanas sin morder, esperemos que siga así, y si lo vuelve a hacer, pues se le volverá a corregir.

Espero haberos ayudado, ya sé que este tema es un pco complicado para muchos padres, pero no os preocupéis, son rachas y todo pasa.

Escuelas Infantiles ¿sí o no?

«Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías» Don Bosco

Empieza un nuevo curso y la vuelta al cole o en muchos casos el comienzo de un nuevo cole, algo duro y difícil tanto para los más pequeños como para vosotros, papis. Llevo ya unos cuantos años trabajando en Escuelas Infantiles (que no guarderías por favor) y hoy os quiero hablar de las ventajas de llevar allí a los niños, mi pequeño caballero va a la escuela donde yo trabajo desde los 5 meses. Además os voy a contar que debéis tener en cuenta para hacer una buena elección de ellas así como algunas vivencias personales sacadas de mi propia experiencia ¡Espero que os guste!

La escuela presenta múltiples ventajas para el desarrollo en todos los sentidos de los más pequeños, por ejemplo, el bebé va a vivir inmerso en un lugar que tiene como objetivo el juego, las actividades programadas y el desarrollo integral de todos sus sentidos a través de estas actividades, del amor y del respeto. Todas las educadoras que allí trabajan tienen su titulación y una correcta y completa preparación para atender a los niños, esta titulación es obligada y específica para trabajar allí, además se dispone de una gran experiencia y un amor muy grande hacía los más pequeños. Los niños aprenden a jugar, a relacionarse con sus iguales, a compartir, a respetarse, a separarse de sus padres o cuidadores habituales de casa, además de rutimas muy marcadas, algo necesario en sus vidas que les aporta mucha seguridad. Para vosotros, papis, también hay muchas ventajas aunque en ocasiones os resulte difícil verlas, aprendéis que la separación es necesaria aunque al principio sea demasiado dura, aprendéis las rutinas para llevar mejor el día a día, recursos para seguir practicando en casa esas rutinas, canciones, juegos y actividades para la estimulación y el vínculo con vuestros hijos, además si vosotros queréis, las educadoras os pueden dar muchos consejos y posibles solucioes para las adversidades que podáis encontrar en el día a día y en la educación de vuestros pequeños.

También tenemos que tener en cuenta algunas desventajas, como que vuestro hijo puede contraer muchas enfermedades, algunas de las cuales no habíais oído hablar nunca e incluso contagiarlas en casa. Cuando esto ocurre lo más coherente es tener un plan B y no llevar al niño a clase para que pueda descansar y recuperarse bien y sobre todo no contagiar al resto de niños y educadoras. Tambien puede ocurir que el número de niños sea excesivo y sea complicado atender al 100% al pequeño, por ello hay que ver bien la escuela. Otro aspecto importante es el horario, como ya he dicho algo muy importante en los niños son las rutinas, las escuelas respetan estas rutinas y estos horarios y sois los padres los que os debeís adaptar a ellas y respetar que los niños no pueden entrar y salir a cualquier hora. Lo más importante a tener en cuenta es que si decidís que vuestro niño va a ir a una escuela infantil, allí se le va a cuidar muy bien, pero se le va a cuidar y tratar como al resto de niños, porque allí todos los niños son igual de importantes.

Como elegir una escuela infantil. Esta elección no es fácil, va a ser un lugar muy importante para toda la familia, un lugar donde vuestro pequeño va a pasar los tres primeros años de su vida, los más importantes para desarrollar toda la base para su futuro. Esto no significa que los abuelos u otros cuidadores desaparezacan, se puede compaginar perfectamente en la vida familiar. Lo más importate para llevar a cabo esta elección es tomarse tiempo, visitar varias escuelas y tener en cuenta algunos aspectos: – Una visita en profundidad por toda la escuela con el director o directora, donde os expliquen bien cada aula, tenéis que ver el número de cunas y de hamacas (la ley marca un máximo de 8 bebés por educadora) la escuela debe disponer de todos los recursos necesarios en cada aula, como los baños adpatados, los cambiadores, espacios para los pañales y utensilios de los niños, juguetes adaptados a cada edad, música, zonas de trabajo para los más mayores y zona de comedor. El espacio debe estar bien cuidado y dar seguridad al niño, con espacios diferentes y bien diferenciados, la decoración debe ser acogedora y apropiada, el ambiente debe incitar a estimular la curiosidad del niño. – El personal, que como he comentado anteriormente, está totalmente cualificado para estar allí, pero hay que asegurarse del número de niños por aula y educadora. actualmente las unidades para niños menores de un año son 8, para niños de uno a dos años son 14 y para niños de dos a tres años son 20. – La adaptación los primeros días debe ser personalizada, en base a las necesidades del pequeño y de sus padres, pero lo más importante es que el director o directora os informe bien de este proceso, ya que es bastante duro, los niños a menudo entran y salen llorando y es algo normal, pero claro, en oscaiones no se lleva bien por parte de los papis. – Las actividades, es muy importante que os informéis del proyecto educativo que tiene la escuela y como lo van a llevar a cabo en las aulas las educadoras, como se va a trabajar, si es un proyecto de editorial o si tienen un proyecto propio. – La comida y la cocina también son importantes, si es un catering o tienen cocinera o coninero, los menús (de comidas y meriendas e icluso el servicio de desayuno) y para los niños con alergias o intolerancias informarse bien de los espacios para preparar sus alimentos. – Espacios exteriores, todas las escuelas deben disponer de un espacio exterior, debe estar bien cuidado y los juguetes en buen estado, además debéis aseguraros de que los niños salen habitalmente.

Cada niño tiene un ritmo y cada familia una cirsunstancia, hay niños que acuden a la escuela desde los 4 meses y otros que solo van el último año, toda decisión es respetable, pero hay que tener en cuenta el desarrollo de los niños, ya que a partir de los 6 meses es cuando el bebé empieza a darse cuenta de que su mamá es una persona separada de él, este es un gran paso en su desarrollo que va a despertar la curiosidad de descubrir el mundo que le rodea por parte del pequeño pero también empieza a experimentar el miedo a la separación. Tenemos que tener en cuenta siempre que para los niños esta separación es muy dura y lo expresan con su llanto, papis, va a ser muy duro pero sois vosotros quienes tenéis que mantener la calma para que ellos comprendar poco a poco que es un lugar seguro y que volveréis a por ellos. Los primeros días van a ser duros para todos, pero el llanto dará paso a las sonrisas. Las educadoras hacemos el trabajo dentro del aula y si os dejais aconsejar la adpatación será menos traumática para todos, debéis saber que en muchas ocasiones lo pasáis peor vosotros como papis que los propios niños.

Mi experiencia con Diego ha sido mucho más fácil, claro, viene a la misma escuela donde yo trabajo y aunque no está conmigo en el aula, él sabe que estoy allí y yo puedo verle en cualquier momento claro. Le llevé con 5 meses y ha sido un niño muy fuerte, con sus mocos y toses claro, pero la inmunización también ha sido importante para su desarrollo. Yo tengo la suerte de observarle sin que él me vea a mi y de verad que es maravilloso ver como juega, como busca estrategias para coseguir lo que quiere, como le gusta estar con otros niños, creo que es una buena elección que esté allí y estoy segura de que si me dedicara a otra cosa mi pequeño caballero también asistiría a la escuela, donde por supuesto ha aprendido a morder y pegar y ha salido mordido y arañado (no os reocupeis, es lo normal), pero también está aprendiendo a compartir y ser generoso. Sinceramente las ventajas tienen más peso que las desventajas, pero eso sí, estar seguros de que en la escuela les van a proporcionar un abiente saludable ya que van a pasar allí los años más impotates.

Otro días os conatré mi experiencia en la escuela antes de ser mamá, incluso la poca valoración hacia nuestro tarabajo ¡Espero haberos ayudado!