“La maternidad tiene un efecto humanizador. Todo se reduce a lo esencial”
Meryl Streep
En estos últimos meses he recibido algunas llamadas muy emocionantes de personas cercanas a mi diciéndome la mejor de las noticias ¡Estoy embarazada!
Que bonitos recuerdos me ha traído… justo por estas fechas hace ya tres años me enteré de mi embarazo del Pequeño Caballero, recuerdo perfectamente la alegría, la emoción, el miedo, las lágrimas, todo junto apareció en mi cuando vi ese positivo, así que me puedo poner en la piel de estas buenas amigas que están ahora mismo pasando por esto.
El embarazo es un momento de muchos cambios a muchos niveles para las mujeres. De repente tu cabeza hace un clic y nunca vuelve a ser la misma.
Es un momento para cuidarse, para mimarse, para estar tranquilas, para disfrutar de tu pareja y de tu barriga. No, no estás enferma, claro que no, estás embarazada y, como es lógico, no puedes estar al mismo ritmo que cuando no lo estás.
Ahora eres el refugio de una pequeña personita que se está creando dentro, de esa personita a la que ya quieres aunque no la hayas visto, así que durante las 40 semanas hay que tener en cuenta y saber todo lo que sucede en nuestro cuerpo, hay que leer, preguntar, no quedarnos con ninguna duda ya que nos enfrentamos a algo nuevo.
Es importante conocer la placenta, esa gran desconocida, esa barrera entre el mundo interior y el mundo exterior de nuestro bebé. Evita virus y bacterias además de compartir nutrientes, oxígeno y hormonas, además de recibir los neurotransmisores que le manda su mamá. Todo lo que vive la mamá lo vive su bebé a través de la placenta tanto física como emocionalmente.
El estrés afecta de forma muy negativa al bebé. Existen dos formas de estrés a lo largo del embarazo:
- ESTRÉS NORMAL: El emocional, pensar en el momento del parto, los miedos normales generados por el propio embarazo y lo que sucederá después, esa montaña de emociones no hace ningún daño al bebé, su cerebro está preparado para soportarlo.
- ESTRÉS CRÓNICO: Es muy perjudicial y puede alterar el desarrollo óptimo del bebé. Es el estrés que sufre la madre y no puede controlar, es intenso y crónico. Los bebés que han sufrido este tipo de estrés durante la gestación, serán bebés más irritables, nerviosos, estresados por ese exceso de estrés que no saben controlar. Este estrés impacta directamente en la amígdala y hace que no se conecten bien los dos hemisferios cerebrales.
Un parto estresante también genera niveles altos de estrés para el bebé. Una cesárea es un parto muy estresante ya que no nace por el canal preparado para el parto, por eso es tan importante el contacto piel con piel con el padre, aunque ya hay hospitales que dejan hacerlo incluso con la madre.
Los partos vaginales instrumentados también pueden llegar a ser muy estresantes, por ello insisto en el contacto piel con piel con la mamá y si con ella no puede ser, con el padre. De esta manera se recupera del estrés vivido gracias a la creación del vínculo.
El estrés sufrido por el bebé tanto en la gestación como en el parto, genera una pérdida de hipocampo y la única manera de recuperarlo es mediante cuidados y el vínculo, aportando a los bebés lo que necesitan en cada momento para su desarrollo emocional.
Si un bebé no recibe los cuidados adecuados a nivel emocional, tendrá una respuesta bioquímica equivocada y no se desarrollará un vínculo correcto con sus padres, lo que va a suponer una base errónea en todas sus relaciones futuras.
Todos los bebés necesitan ese vínculo, necesitan crear ese apego seguro primero con sus padres y luego con todas las personas cercanas a él, necesitan respeto y sobre todo amor incondicional en todo momento para desarrollarse de forma adecuada y para que su cerebro se desarrolle de forma óptima.
El no tratar al bebé con cariño y amor puede dañar su metabolismo e intervenir en sus funciones emocionales.
Como veis, es muy peligroso que el bebé sufra estrés durante el embarazo, pero cuando ya ha nacido, los bebés también pueden sufrir estrés ¿Cuándo? Cuando les dejamos llorar, cuando no les cogemos en brazos, cuando duermen solos, cuando se separan de su madre o cuando no se atienden sus necesidades. Los bebés necesitan sentirse amados y cuidados en todo momento.
El estrés es una respuesta de nuestro cuerpo ante una situación de peligro. El hipotálamo responde mandando señales de huida (adrenalina), acelerando el corazón y movilizando los músculos. Se segrega cortisol en la glándula pituitaria, una energía extra para combatir ese peligro. Cuando la situación de estrés desaparece, el cortisol se reabsorbe y todo el cuerpo vuelve a la normalidad, pero si la situación de estrés permanece o es continua, se produce un exceso de cortisol en sangre, lo que afecta al sistema inmunitario, a su capacidad de aprender, a su equilibrio emocional, además de tener un efecto directo en la amígdala y en el hipotálamo.
Un bebé con exceso de estrés, es un bebé que necesita mucho más cuidados a nivel emocional y a nivel de vínculo y apego.
Durante el primer año son muy importantes los estímulos que ofrecen las personas que rodean al bebé ya que el primer año de vida deja huella biológica.
Los bebés no pueden gestionar por sí solos los niveles de estrés, así que son las personas que están a su alrededor quienes deben hacerlo. Cuando no se hace, se generan miedos e inseguridades, los bebés no saben cómo pedir lo que necesitan.
Este exceso de cortisol y estrés en bebés solo sucede cuando el adulto no le atiende correctamente.
La gestión del estrés durante el embarazo es vital para el desarrollo óptimo del bebé, pero como veis, el estrés también puede aparecer en los bebés durante los primeros meses si no son correctamente atendidos, por ello nuestro papel con nuestros hijos es esencial para su óptimo desarrollo cerebral y emocional.
Así que amigas embarazas, futuras mamis, aprovechar estos meses para descansar y cuidaros a vosotras y a vuestros bebés.
Espero haberos ayudado, recordar que podéis seguirme en Facebook Mami Me Mima blog, también en Instagram @mamimemimablog y si tenéis alguna consulta personal podéis escribirme al correo blogmamimemima@gmail.com y estaré encantada de ayudaros.
¡Muchas gracias familias!