“Lo mejor que se puede dar a los hijos, además de buenos hábitos, son buenos recuerdos”
Sydney Harris
Límite… Una palabra que a los que estamos en contacto directo con niños y niñas, ya seamos padres, madres, educadores o educadoras o profesores, nos resulta muy familiar…
Pero… ¿Sabemos lo que realmente significa? ¿Nos hemos parado a pensar lo que quiere decir? ¿Lo que pretendemos decir e inculcar cuando hablamos de ella? Y voy más allá…. ¿Sabemos a lo que nos referimos cuando hablamos de ella a otros padres y madres?
Reconozco que, en mis años de educadora infantil, antes de ser madre, los límites en cuanto a la crianza eran muy difusos… O quizá, mejor dicho, eran muy distintos a los que pienso ahora…
Los límites marcan la diferencia entre las zonas seguras y las zonas inseguras, las zonas de peligro propiamente dichas.
Son advertencias o prohibiciones que están relacionadas con la seguridad de nuestros niños y niñas y que no se deben nunca sobrepasar.
Un ambiente preparado y adecuado a la edad del pequeño o pequeña, nos hace poner muchísimos menos límites y nos hace decir muchísimas menos veces la palabra NO.
Existen diferentes tipos de límites:
- Límites naturales, los que forman parte de la vida, con sus respectivas consecuencias naturales.
- Normas implícitas, que conocemos y respetamos ya que son normas culturales.
- Límites familiares, que cada familia establece para su convivencia y establecimiento de valores y normas dentro de la propia familia.
Dentro de estos límites, existen tres que podríamos llamar límites clave e innegociables, estos límites son:
- Límites referidos a la salud
- Límites referidos a la seguridad
- Y límites respecto a los demás
¿Por qué son innegociables? Porque nunca deberíamos pasar por alto ninguno de ellos.
¿Son importantes los límites en la crianza? Creo que son vitales, ya que protegen y mantienen un buen clima de convivencia, tanto para los adultos como para los pequeños.
Entonces… ¿Cómo ponemos esos límites?
Deben de estar siempre muy bien definidos, ser claros y puestos por los adultos, se respetan siempre, bajo cualquier circunstancia tanto del adulto como del niño.
Hasta los 3 años más o menos, estos límites son puestos por los adultos, pero a partir de los 4 años, los niños ya pueden entrar en la negociación de los mismos ¿Cómo? Podemos empezar dando opciones y que ellos elijan una de ellas, cada vez les vamos pidiendo más su opinión, si cambiarían algo o si pondrían alguna opción más.
¿Qué vamos a conseguir con esta involucración de los niños y niñas en los límites? De esta manera les estamos dando confianza, libertad de elección y les estamos integrando en la familia, en la dinámica familiar y en las negociaciones familiares, lo que les hace sentirse completamente integrados y valorados, en resumen, les hace sentirse valiosos y tenidos en cuenta.
El que los niños se sientan integrados en la familia, es uno de los pilares más importantes dentro de la crianza respetuosa y esta es una manera perfecta de que sientan esta integración.
Todos nuestros niños y nuestras niñas necesitan límites y normas en su educación y en su día a día, es un básico dentro de esta crianza respetuosa, lo que va a permitir que nuestros hijos:
– Se sientan queridos, guiados y acompañados en su día a día
– Sean más autónomos, independientes y autosuficientes
– Tengan mayor seguridad en sí mismos y en el ambiente respetuoso que les rodea
– Desarrollen una autoestima más positiva y una visión positiva de sí mismos y del ambiente
– Tengan un mayor autocontrol
– Aumenten su sentido de pertenencia a la familia, a la escuela y a la sociedad en general
– Aprendan a respetar a los demás
– Aprendan a respetarse a ellos mismos
Los niños necesitan adultos constantes, que les ayuden, les protejan, les acompañen y les validen.
Los límites y las normas no tienen que ser constantes, al revés, deben ser poquitos y claros y para ello, necesitamos un ambiente respetuoso y adaptado a la edad, necesidades e intereses que presentan nuestros niños y niñas.
Los límites les dicen a nuestros hijos e hijas lo que sí pueden hacer, lo que sí es seguro, por esa razón, debemos saber cómo hay que establecerlos:
- De una forma respetuosa, con compresión, empatía y respeto.
- Con mucha paciencia, se dirán siempre que sea necesario, hasta que ellos mismos sean capaces de integrarlos por completo y, aun así, seguramente, también tengamos que recordarlos algunas veces, pero siempre desde el respeto y la empatía.
- Teniendo siempre presentes los límites innegociables para que nunca que sobrepasen.
- Sabiendo que somos un modelo para ellos, un espejo en el que se ven reflejados, existiendo una congruencia entre el mensaje que decimos y el que transmitimos con nuestra conducta y nuestros actos.
- Observación y Auto-observación: los comportamientos del niño nos irán dando información de necesidades físicas o emocionales sin cubrir, y cómo podremos ir modificando el ambiente. La auto-observación nos hará tomar consciencia de con qué estamos conectados y si es necesario PARAR.
- Buscar acuerdos y ofrecer alternativas: siempre que sea posible, dar opciones de manera respetuosa, integrarles en los acuerdos y las decisiones familiares.
Si queréis saber más sobre este tema, si necesitáis saber como establecer límites respetuosos en vuestra familia, podéis pedirme información sin compromiso de los Talleres de Crianza Respetuosa de Mami Me Mima, el Taller de Gestión Emocional en la Primera Infancia o el Taller de Rabietas y Límites, hablan ampliamente de este tema tan importante en nuestro día a día con los más pequeños.
O también disponéis de los Asesoramientos a familias, donde te podré acompañar en ti crianza y en tus dudas.
No dudéis en escribirme a blogmamimemima@gmail.com
Os espero a todos para brindaros mis conocimientos y mi experiencia como maestra y mamá.
Y ya sabéis que también me podéis encontrar en Facebook Mami Me Mima blog y en Instagram @mamimemimablog
¡Gracias Familias! Y ¡Feliz Crianza!