“Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo”
Mahatma Gandhi
Una de las frases que más repito a los padres en los talleres de la Comunidad de Mami Me Mima y en los Asesoramientos que hago a las familias, es que ellos como padres o como personas de referencia para los niños y niñas, son un espejo donde esos pequeños y pequeñas se ven reflejados siempre.
Nuestros peques nos están observando continuamente, todo lo que hacemos y decimos es importante para ellos y crea huella en su cerebro en construcción.
Tenemos un papel y una responsabilidad muy grande hacia ellos.
¿Qué ejemplo queremos ser? ¿Qué queremos que aprendan de nosotros? ¿Cómo queremos que se comporten con sus iguales? ¿Qué tipo de relaciones queremos que tengan?
Preguntas importantes, que debemos hacernos ¿por qué?
Porque si queremos ser padres conscientes y presentes, tenemos que saber que debemos estar ahí siempre, de manera incondicional, cuando nuestros niños y niñas juegan y se divierten y cuando tienen una rabieta monumental.
A lo largo de los primeros años de vida, a lo largo de la primera infancia de nuestros peques, su cerebro está en plena ebullición de conexiones, están descubriendo el mundo y todo lo hacen de nuestra mano.
¿Qué queremos mostrarles entonces?
¿Un mundo amable y lleno de amor?
Creo que la respuesta general es SÍ.
Vamos a llevarles de la mano gracias a ese poder que tenemos, ese poder de nuestro propio ejemplo, vamos a enseñarles que un mundo amable es posible cuando nosotros somos amables.
Este verano, en nuestras vacaciones en el pueblo con la familia y los primos, el Pequeño Caballero estaba emocionado, feliz, ilusionado, quería hacer todo lo que sus primos hacían ¡Hasta los deberes!

Cada tarde, cuando sus primos se sentaban frente a esos horribles cuadernillos de refuerzo, el Pequeño cogía unos folios y nos hacía dibujos para todos ¡Esos eran sus deberes! Y ahora, muchas tardes después del cole hace lo mismo y me dice:
- Mami, como ahora voy al cole, también tengo que hacer deberes como mis primos.
¡Qué mayor le veo!
Y los cuentos… Sabéis que en casa la literatura infantil está muy presente, utilizamos cuentos a diario y no solo a la hora de dormir.
Mucha gente me pregunta cómo consigo que le guste tanto la lectura, cómo consigo que se esté quieto mientras leemos… No hay mucho misterio, no hay varita mágica, pero sí hay mucho ejemplo y mucho amor detrás.

En el taller de Literatura Infantil os cuento todos nuestros secretos para crear este amor por los cuentos.
Pero lo más importante… Ser ese ejemplo de lectura, disfrutar de ese momento con ellos, vivirlo intensamente, volver a ser un niño.
Ya os conté en otro post, Creando hábitos saludables, que es importantísimo tener unos buenos hábitos y para conseguirlo, lo más importante es ser su ejemplo.

Nos solo a la hora de comer, también a la hora de cocinar, debemos implicar a nuestros peques en la concina, en la preparación de la comida, en la limpieza de casa.
Educar sin roles, sin estereotipos empieza desde aquí, desde la infancia, desde ser ese ejemplo.
Cuando empezó el otoño, en uno de nuestros paseos, trajimos piñas, troncos, piedras… Un montón de elementos naturales para crear minimundos, para jugar, para pintar… La verdad es que nos encanta recoger todo lo que vemos interesante.

Pues a los pocos días, salimos a hacer unos recados, con un poco más de prisa… Y de repente el Pequeño se para ante un árbol que tenía la corteza caída y empieza a observar y cogerla, yo no me di cuenta, estaba metida en mis prisas… Pero él insistió en cogerla.
Me paré, conté hasta 6, 7… Conecté y luego pensé… ¿Cómo no va a pararse a coger algo natural tan chulo que se ha encontrado? Si siempre que vamos juntos acabamos cogiendo un montón de cosas que nos vamos encontrando, claro que sí mi niño, eso nos lo llevamos.
Este es el poder del ejemplo.
Al final ellos son como nosotros, hacen lo mismo que nosotros, nos imitan constantemente, la forma de actuar, la forma de habar, la forma en la que nos dirigimos a los demás e incluso la forma en la que nos dirigimos a ellos.
Si nosotros somos ejemplo de calma y amor con ellos y con los demás, sus cerebros asumirán automáticamente que es así como debemos ser y como debemos tratar a los otros.
Si nosotros somos ejemplo de entusiasmo, de lectura, de bailes, de alegría… ¿Cómo serán nuestros niños y niñas?
Sé que a veces es complicado, sé que a veces perdemos la calma, para esos momentos en los que vemos que nos desbordamos… Contar hasta 6, 7, 18… Lo que necesitemos, respiramos, conectamos con nosotros mismos y ya nos agachamos, les miramos y conectamos con ellos.
Requiere practica y paciencia, pero merece la pena… Tener presente en cada momento que nosotros somo ese ejemplo, ese espejo para ellos, ayuda mucho a conectar con nosotros mismos.
Os animo, papis, mamis, profes, a hacer ese ejercicio de conexión con vosotros mismos, a haceros las preguntas del principio, a tener claro que mundo queréis mostrar a vuestros peques y a partir de ahí empecéis a ser esos padres conscientes y presentes que necesitan nuestros niños y niñas.
Este post va con mucho amor a mi sobrina Julieta que ha nacido mientras yo escribía y por supuesto a sus valientes papás, que no tengo duda de que van a ser un gran espejo para esa pequeña que tanto le ha costado salir ¡Te quiero pequeña!
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¡Gracias Familias! Y ¡Feliz Crianza!