Principios Pedagógicos del Método Montessori

“Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño”

María Montessori

Ya os he hablado en otro post de la Metodología Montessori y hoy os traigo sus Principios Pedagógicos. Unos principios en los que se sustenta toda su teoría y que me parecen básicos e imprescindibles para la crianza de los peques.

Para Montessori, el objetivo de la educación es desarrollar las energías que se hayan dentro del niño y el objetivo principal de su teoría es ayudar a ese desarrollo espontáneo.

Gracias a esta metodología, podemos ver a los niños desde otros ojos, desde otra perspectiva, dándonos cuenta de que los niños son seres excepcionales que merecen toda nuestra compresión pero también merecen todo nuestro respeto.

Nuestra función como adultos no es mandar o ser superiores a ellos, sino guiar, facilitar, orientar, ayudar y preguntar, y lo más importante, nosotros debemos ser un ejemplo para ellos.

Estos Principios Pedagógicos en los que se basa en método Montessori y con los que deberíamos guiarnos padres, educadores y maestros son:

  • LIBERTAD: Se refiere a la libertad de los propios niños, lo que va a permitir el desarrollo de sus manifestaciones espontáneas. Debemos, como adultos, proporcionar al niño un ambiente de libertad, ya que Montessori observó que la desobediencia del niño era una reacción natural al ego adulto.

Liberad no tiene nada que ver con “dejar hacer”. La libre elección necesita límites asociados al nivel de desarrollo de los niños. Esos límites deben ser claros, sencillos y adaptados a ellos. Un ejemplo de estos límites, son los que utilizan en las escuelas Montessori:

● Puedes elegir cualquier material que esté disponible pero si lo está utilizando un compañero debes esperar.

●Puedes trabajar con ese material elegido el tiempo que quieras, siempre que le des un uso respetuoso y adecuado.

●Cuando termines, hay que devolver el material a su lugar.

Se deben explicar a los niños los límites y las consecuencias de estos para que puedan integrar sus propias experiencias y evitar así consecuencias emocionales negativas. Además, estos límites deben ser expuestos en lenguaje positivo, dando la información de lo que sí está permitido hacer.

  • ACTIVIDAD: En la Metodología Montessori este principio de Actividad no está centrado en el educador sino en la propia acción del niño, ya que para María Montessori, es el niño quien adquiere un rol activo y el adulto un rol pasivo, un rol de observador de la propia actividad del niño.

Las actividades no tienen instrucciones u órdenes sino que están diseñadas para que los niños puedan autocorregirse mientras las realizan, sin necesidad de intervención adulta.

Para Montessori, la actividad motriz y sensorial es la base del conocimiento, aprendizaje y desarrollo del niño.

  • INDEPENDENCIA: La conquista de los distintos hitos y grados de independencia forman parte del desarrollo natural del niño, por eso se tienen que lograr de manera natural.

 La sobreprotección hace que se dificulte el alcance de estos logros naturales y contribuye a que la autonomía, el autocontrol y la autoestima no se desarrollen de forma adecuada.

El ambiente preparado va a favorecer el logro de esta independencia y por consecuencia de su propia libertad.

  • AMOR: Una de las grandes máximas de la Pedagogía Montessori es precisamente el amor “El niño es una fuente de amor, cuando se toca al niño se toca al amor” María Montessori.

El amor se concibe como respeto, libertad con límites y responsabilidad y adaptación a sus necesidades.

El Método busca un ambiente en el que el niño se sienta feliz y seguro para aprender y desarrollar todo su potencial.

El niño necesita amar y ser amado desde el respeto y el reconocimiento de su individualidad “El niño necesita ser reconocido, respetado y ayudado” María Montessori.

  • PAIDOCENTRISMO: El niño es el centro del proceso educativo. Esta es una característica de la Escuela Nueva, que va en contra de la educación tradicional.

El niño es el centro, el eje del sistema educativo. Todo el sistema debe girar en torno a sus ideas, intereses, motivaciones y actividades.

Para que esto se pueda llevar a cabo, debemos concebir la etapa infantil como una etapa independiente donde el aprendizaje se acomoda a su evolución y desarrollo psicológico. La niñez tiene su finalidad y su funcionalidad y esto es lo primero que debemos interiorizar los adultos.

La educación debe conocer y respetar las diferencias individuales de cada niño, no tratar a todos por igual.

El paidocentrismo se caracteriza por tener un acento individualista que reconoce y promueve la diversidad y la flexibilidad.

Estos son los cuatro Principios Pedagógicos de la Metodología Montessori, como podéis observar en ellos la máxima importancia es el niño, se vela por su óptimo desarrollo y por su adaptación al medio para que pueda desarrollar sus máximas capacidades.

¿Qué podemos hacer los adultos para ayudar a los niños y concebir estos cuatro Principios? Muy fácil (o muy difícil, depende de nuestra propia visión).

Lo primero que debemos desechar en nuestro ego adulto y nuestra visión adultista de la infancia, comprender el desarrollo a todos los niveles de los niños, comprender que cada niño es único y distinto y dejar de hacer comparaciones absurdas (incluso entre hermanos) y tener un ambiente preparado en casa donde se potencien estos Principios Pedagógicos.

La libertad es dejar la espontaneidad de los niños florecer, como hemos dicho anteriormente con límites bien establecidos. Debemos favorecer la actividad motora de nuestros niños sin forzar a conseguir algo para lo que todavía no están preparados. Debemos dejar a un lado esa sobreprotección y trabajar esa independencia y esa confianza en nuestros pequeños, tener fe en ellos es fundamental para su propio desarrollo. El amor incondicional es la base, hacerle saber que les queremos por encima de todo y pase lo que pase y algo no menos importante, buscar una educación no tradicional donde el objetivo último sean “las buenas notas” sino el propio niño y si por desgracia no es posible, poder darle esa posibilidad y esa alternativa en nuestro hogar.

Por supuesto todo esto no es fácil, para conseguirlo, como padres debemos romper muchos patrones muy asentados en la sociedad y en las propias familias. Yo os animo a romper con esos patrones, no tengáis miedo de dar ese amor incondicional, esa libertad y esa independencia a vuestros hijos, si ellos saben que estáis ahí para todo será niños felices y libres de juicios.

¡Ánimo familias!

Espero haberos ayudado, recordar que podéis seguirme en Facebook Mami Me Mima blog, también en Instagram @mamimemimablog y si tenéis alguna consulta personal podéis escribirme al correo blogmamimemima@gmail.com y estaré encantada de ayudaros.

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