Te Quiero Siempre

“Cada palabra tiene consecuencias, cada silencio también”

El Principito

Te quiero siempre

Te quiero cuando amanece y me miras con ojos de sueño

Te quiero cuando me sonríes casi sin verme

Te quiero cuando me abrazas

Te quiero cuando me das el primer beso del día

Te quiero siempre

Te quiero cuando tuerces el morro

Te quiero cuando gruñes

Te quiero cuando te enfadas

Te quiero cuando me enfado

Te quiero siempre

Te quiero cuando hablamos

Te quiero cuando conectamos

Te quiero cuando jugamos

Te quiero cuando ríes de felicidad

Te quiero siempre

Te quiero cuando recoges

Te quiero cuando no recoges

Te quiero cuando te entusiasmas

Te quiero cuando todo salta por los aires

Te quiero siempre

Te quiero cuando todo fluye

Te quiero cuando todo se complica

Te quiero cuando gritas

Te quiero cuando grito

Te quiero siempre

Te quiero cuando no puedes más

Te quiero cuando no puedo más

Te quiero cuando te consuelo

Te quiero cuando me consuelas

Te quiero siempre

Te quiero cuando dices sí

Te quiero cuando dices no

Te quiero cuando digo sí

Te quiero cuando digo no

Te quiero siempre

Te quiero cuando estás tranquilo

Te quiero cuando estás jugando

Te quiero cuando estás leyendo

Te quiero cuando estás en la bañera

Te quiero siempre

Te quiero cuando los nervios afloran

Te quiero cuando no puedo atenderte

Te quiero cuando te miro

Te quiero cuando vamos de la mano

Te quiero siempre

Aunque a veces no sea fácil

Aunque a veces nos cueste un poco de trabajo

Aunque a veces parezca increíble

Aunque a veces parezca sencillo

Seguro que te has acordado de muchas situaciones mientras leías tantos te quiero, quizá te hayas sentido identificado o identificada en algún momento, quizá te haya costado decir ese te quiero en algunas situaciones, pero en otras te ha salido casi sin pensarlo.

En estos días de vacaciones los sentimientos, las emociones y las situaciones están más a flor de piel que de costumbre, seguro que las rutinas no se están cumpliendo tan a raja tabla, seguro que hay más desmadre e incluso más desconexión.

Cuando veas que esto sucede, para, tómate unos segundos o unos minutos, respira, conecta con tu mente, con tu cuerpo y vuelve a conectar así con tu hijo.

Agáchate, mírale, abrázale, pero, sobre todo, quiérele siempre, en cualquier situación y lo más importante, házselo saber siempre.

Nuestro momento de mayor conexión es la hora de dormir, cuando repasamos todo lo que hemos hecho, vivido y sentido a lo largo del día y es ahí donde le vuelvo a decir lo mucho que le quiero, siempre y en cualquier circunstancia siempre le quiero.

Parar, observar, escuchar.

Tenemos muchos momentos en el día a día con nuestros pequeños que nos permiten conectar, que nos permiten estar más unidos a ellos, que nos permiten demostrarles lo importantes que son para nosotros.

Somos nosotros como padres y madres quienes tenemos la responsabilidad, a diario, de demostrar amor incondicional a nuestros hijos, tenemos la responsabilidad de ser un ejemplo para ellos, de ser la mejor versión de nosotros mismos.

Y tú ¿Cómo te sientes con tus pequeños o pequeñas? ¿Te sientes desconectado o desconectada? ¿Sientes que no demuestras ese amor incondicional en todas las situaciones que se plantean en el día a día? ¿Te sientes incluso desconectado o desconectada de ti mismo o misma?

Te abrazo, es normal, todos y todas nos hemos sentido así a lo largo del camino de la maternidad y la paternidad.

Pero os digo que no estáis solos.

El cambio de mirada, el cambio de educación, el cambio hacia una crianza basada en el respeto a la infancia no es fácil.

Si necesitas que te acompañe en este camino, no dudes en escribirme a blogmamimemima@gmail.com

Si necesitas talleres específicos de Crianza Respetuosa te informo sobre ellos.

Si necesitas apoyo específico para ti y tu familia también dispongo de Asesoramientos Personalizados.

Este camino nunca será el camino fácil, pero ten claro que siempre será el camino correcto para ti y tu familia.

Con amor,

Ana

¡Gracias Familias! Y ¡Feliz Crianza!

Anuncio publicitario